Jesús Inostroza era reportero gráfico deportivo cuando le ofrecieron sumarse al diario La Época y, en ese medio, su jefe, Miguel Ángel Larrea, le asignó seguir día y noche a uno de los tres candidatos a la presidencia que sucedería a Pinochet: a él le tocó Aylwin.
El gráfico barbón y melenudo parecía miembro de Illapu, y era tan jugado que para captar las mejores fotos se subía aferrado a su cámara análoga Nikon FM2 arriba de lo que fuera. Don Pato, más de una vez, le dijo que no se fuera a matar por conseguir una buena imagen.
“Lo seguí de forma obsesiva y se formó un nexo”, contó Jesús. Al político le gustó su trabajo y le pidió a su equipo de asesores que lo contactaran para que fuera el fotógrafo oficial del Presidente durante su mandato. El jefe de los gráficos.
Así, el chascón pasó a ser la sombra del Mandatario y lo acompañó por todo Chile, decenas de países y varios continentes. Su presencia era tan común que a veces se hacía invisible.
Además de fotos oficiales, Inostroza comenzó a inmortalizar situaciones cotidianas con la idea de documentar el lado íntimo del Presi. “Me fui dando cuenta de que estábamos haciendo historia, que de esta época se iban a referir luego como: el tiempo de... En el departamento de foto que dirigía fuimos manejando esto”, contó.
En una de sus fotos más famosas aparece Don Pato, con cara de reprobación mirando a Pinochet, y eso quería Jesús que se pensara al ver la imagen, aunque después confesó que el militar le estaba contando al Presi de una tragedia que había vivido un soldado y el gesto de Aylwin era de “afectado”.
El tiempo pasó. Jesús trabajó con Frei y Lagos. Después hizo clases, puso una agencia, y ayer junto a sus colaboradores de antes tomó su vieja cámara y partió a cerrar un ciclo junto al cortejo fúnebre de su difunto jefe.
- ¿Personalmente, cómo fue trabajar para el día de su muerte?
- Fue medio surrealista porque al final lo hice con el grupo de amigos que estábamos antes, los mismos que trabajamos en La Moneda, el mismo equipo. Dijimos: “Terminemos la pega”. Fue como cerrar todo. Trabajamos para la historia.
- ¿Cómo vio a la familia?
- Tristes, pero muy orgullosos de lo que significaba lo que estaba pasando. Cuando salieron de la casa lo que vieron fue de otro planeta (en cuanto a las señales de cariño).
- ¿Es verdad que Don Pato era tan sencillo?
- Súper, y no sólo sencillo, sino que también respetuoso.
- ¿Trabajó cuando George Bush padre fue a la casa de Aylwin?
- Sí, Bush se dio cuenta del lugar donde estaba, pero yo creo que don Patricio no se dio cuenta que su casa era de lo más normal. Habíamos estado en la Casa Blanca... ¡el otro señor tenía la Casa Blanca!
- ¿Alguna anécdota que se le venga a la cabeza?
- Una vez, cuando acabó su Gobierno, yo estaba con los ministros chacoteando y me dijeron: “Hagamos una foto oficial contigo”. Armamos la foto oficial y don Patricio se quedó mirando qué estábamos haciendo, preguntó, le dijimos y nos dijo si se podía poner él también.
- ¿Cuál es tu foto favorita que le tomaste?
- Una en la playa, se la mandé de regalo, sale con doña Leonor y una nieta, Anita, corriendo por la playa de Algarrobo.
- ¿Cómo se ponía Don Pato cuando estaba con Pinochet?
- Tenía una visión más delicada del tema. Muchas veces yo iba a tomar una foto y me decía que mejor no, para que no se vaya a molestar, para que no se sienta incómodo Pinochet, eso lo hacía él de pura buena persona.