"El 2007 trabajaba como Coordinadora de buses. Ahí había un depósito de buses y se estacionaban en la calle. Yo estaba al costado del operador de un bus tomándole los datos. Detrás de los buses se estacionó un auto y como éstos no avanzaron salió con toda la fuerza y me atropelló". Así recuerda Johanna Díaz el día que cambió su vida.
Tenía 30 años, pero con el apoyo de sus dos hijos, su pareja y su madre empezaría un largo proceso de recuperación. "Me dieron el alta, volví a trabajar. Mi rodilla derecha siempre me dolía, pero yo seguía trabajando y me acostumbré al dolor", recuerda.
¿Cuándo asumiste la gravedad de tu problema?
En 2014 me senté en un sillón con la pierna doblada, como a lo indio, y cuando me quise estirar no pude, se me bloqueó. Fui al Instituto Traumatológico, pero ahí me dijeron que tenía que recurrir a la Mutual nuevamente porque era una secuela.
¿Cuál fue el siguiente paso?
Me derivaron a un especialista en rodilla, el doctor Gonzalo Ferrer. Él descubrió que tenía una artrosis severa postraumática y la única forma de ayudarme era con un aloinjerto de cadáver fresco, porque congelado no servía.
¿Queeeé? ¿Cómo es eso?
Cuando me dijeron eso me dio un tiritón en la espalda, fue como tétrico, pero no tenía nada más que perder. Si no me operaban mi rodilla se iba a deteriorar, me tenían que pensionar.
¿Y cuándo te operaron?
Esperé un año el donante, me compraron el huesito en EEUU, la cirugía fue el 4 de junio de 2015. Después tuve que aprender a caminar de nuevo, fueron dos años y medio de recuperación, del proceso completo. Ahora camino bien, no quedé con cojera ni nada. Puedo llevar una vida relativamente normal.
Este proceso cambió tu forma de ver la prevención...
Claro. A mis compañeros que trabajan en la vía les digo que estén pendientes, que nunca crucen la calle sin mirar, que usen sus implementos reflectantes, que no anden pendientes del celular sino de dónde caminan, porque un accidente te cambia la vida en un 2.000%, uno nunca vuelve a ser lo que era. Por eso la idea siempre es prevenir.
¿Y le hacen caso los compañeros?
Sí, porque me han visto sufrir. A veces me dan unas crisis atroces y tengo que partir a la Mutual, entonces me hacen caso. La jefatura también de repente me pregunta cosas, los prevencionistas, entonces siempre estamos coordinando temas de prevención y seguridad.
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