Johanna Hernández le dio la espalda a su amante

La ex esposa e imputada por el crimen del profesor de Villa Alemana, Nibaldo Villegas, acusó a Francisco Silva de maquinar el delito. Agregó que su nueva pareja la tenía bajo un contrato de "sumisión".

Nueve años duró la relación entre el profesor de computación Nibaldo Villegas y  Johanna Hernández. Durante este período, la víctima se hizo cargo de los hijos de ella y le financió los estudios de paramédica. Tras la separación, se produjo una disputa por tuición de la única hija del matrimonio  y por la casa familiar donde vivían.

El conflicto terminó abruptamente el 10 de agosto de año pasado, con el asesinato del profe Nibaldo, cuyos restos descuartizados fueron encontrados por un grupo de turistas que paseaba en bote por la rada de Valparaíso. Johanna participó en la búsqueda y mostró gran interés por encontrar a Villegas. Incluso, la imputada por el crimen del querido pedagogo de Villa Alemana - junto a su pareja Francisco Silva - identificó su cuerpo y se mostró muy tranquila ante  las cámaras y la prensa.

Ayer, Hernández relató durante una hora a los magistrados del tribunal de Viña del Mar cómo su pareja y co-imputado habría organizado todo, desde la malta con huevo y clonazepam hasta el posterior descuartizamiento en el sector de las Docas, de Valparaíso.

Días antes de su cumpleaños, Johana dijo que habría sido fuertemente agredida por Francisco y, luego de la golpiza, él le habría entregado un pote con clonazepam. Agregó que su pareja "me dijo por teléfono que le dijera a Nibaldo que me celebrara mi cumpleaños, no entendía por qué quería que estuviera sola con él(...) luego me llegó la foto con la caja de clonazepam".

Escalofriante

La imputada agregó que ese 10 de agosto de 2018, Nibaldo llegó a su casa de la calle Llacolén cargado de sushi y malta en lata para prepararla con huevo y celebrar así el cumpleaños de Johanna: "nos pusimos a comer sushi, Nibaldo se tomó la malta y yo mi vaso y a los cinco minutos Nibaldo no controlaba sus movimientos y se quedó dormido. Lo acosté en la cama y le tomé la primera foto que le envié a Francisco, estirado en la cama y con un sushi en la boca (…) él llegó con una mochila, me pasó unos guantes de procedimiento y me dijo que me pusiera a limpiar todo".

En ese instante, según contó la imputada, Francisco subió al segundo piso con un cuchillo de la casa, momento en el que Nibaldo habría despertado: "fue uno o dos minutos, que se escuchó una caída, golpes en el suelo (...) Francisco llegó con las manos ensangrentadas,  y le digo ¿qué hiciste hueón? y me dice despertó y le tuve que cortar el cogote, y se escuchaba(…) él no me dejó subir a verlo, que subiera con cloro cuando me llamara".

Luego de eso, ella subió a limpiar la sangre, pero el cuerpo ya sin vida del profesor estaba envuelto en una sábana. Hicieron la cama con la ropa que encontraron y se fueron rumbo a las Docas. Según explicó Hernández, al llegar al sector de Laguna Verde, Silva armó todo y ella no se bajó del auto puesto que él no la dejó: "me dijo, ahí tienes cigarros y bebida, prende la calefacción si tienes frío, no te bajes".

Pidió perdón a familia de la víctima y además que se le absuelva

Durante los alegatos de apertura del juicio oral por el homicidio del profesor Nibaldo Villegas, la defensa de la imputada pidió que se le absuelva del cargo por parricidio, debido a que Johanna fue una "víctima de violencia" de Silva. En el tribunal Johanna Hernández aseguró que su actual pareja le tenía una especia de contrato de "sumisión".

"Francisco me cambiaba el teléfono, me hizo un contrato de sumisa donde él decidía qué ropa ponerme, me llamaba a las 07:00 de la mañana y decidía que iba a comer, manejaba mis claves de whatsapp, de Messenger y si no estábamos juntos, él las desinstalaba y después recuperaba las conversaciones. Si a él algo no le gustaba, era golpiza que me llegaba. Nunca denuncié porque sentía que en verdad yo sí tenía la culpa (...)sentía que en verdad me merecía que me levantara la mano".

Ya al final de su testimonio, la mujer pidió perdón a la familia de Nibaldo: "Sé que el perdón no me lo van a dar, pero en verdad entiendo mucho su dolor".

COMPARTIR NOTA