"Ese fue mi gran error": Johanna Hernández reveló escalofriantes detalles del crimen de Nibaldo Villegas

Asesina del profesor se refirió al episodio que habría inspirado el macabro plan de Francisco Silva. "Yo no le rebatía nada, yo solamente le obedecía", aseguró.

Johanna Hernández, condenada por el crimen de Nibaldo Villegas, entregó nuevos detalles del parricidio que impactó al país hace exactos tres años.

En entrevista con Informe Especial, la mujer reveló las últimas palabras del profesor e, incluso, leyó una carta dirigida a quien fuera su marido.

Sobre la relación que sostuvo con el docente por más de ocho años, Hernández afirmó desde prisión que Villegas "era un muy buen marido, una persona de muy buen corazón. Era muy preocupado, era amoroso con todos los niños. Mis hijos pasaron a ser hijos de él. No habían diferencias. Por parte de la familia Villegas tampoco hubo diferencias. Me aceptaron a mí con mis dos hijos y nos hicieron parte de la familia".

"Durante los ochos años que estuvimos juntos, no tuvimos problemas ni crisis, pero el último año empezamos a tener problemas más grandes. Nibaldo nunca me levantó un dedo. Yo tampoco a él", aseguró.

Sin embargo, sobre la denuncia por violencia intrafamiliar interpuesta en su contra por parte del profesor, Johanna explicó que "tuvo que haber sido cuando una vez peleamos y yo empecé a tirar todas las cosas al suelo y dije que se acababa todo. En esa ocasión colapsé. Nibaldo solamente me trataba de tranquilizar".

Relación con Francisco

Consultada sobre su vínculo con Francisco Silva, quien comenzó a ser su amante durante sus últimos meses en libertad, Hernández aclaró que, pese a confesarle esta relación a Nibaldo, siguieron viviendo juntos. De hecho -reconoció Johanna-, mantuvo una relación con ambos. "Ese fue mi gran error", indicó.

De acuerdo a la entrevistada, con el correr del tiempo, Francisco comenzó a manipularla: "Él me revisaba todo. El celular. Pescaba mi teléfono, desintalaba WhatsApp, leía todos los mensajes y ahí se dio cuenta que yo mantenía una relación con Nibaldo. Hubo golpes. Comencé con una depresión muy grande".

"No aguantaba más. Me tomé 90 pastillas y me corté los brazos. En la casa de Nibaldo me dio la crisis. Me tomé las pastillas llorando y me acosté (...) Renato, mi hijo mayor, le pegó una patada en la puerta y me llevaron al hospital de Peñablanca donde estuve una semana hospitalizada", recordó.

De acuerdo a la prisionera, este episodio habría sido la inspirado el plan para matar a Nibaldo en su casa de Villa Alemana.

"Para mi cumpleaños Francisco me regaló un pote y antes me había mandado fotos de una caja de Clonazepam, y el día de mi cumpleaños me lo entregó, y me dijo 'esto guárdalo', y yo lo eché en mi mochila. Me dijo 'porque esto es el camino a nuestra felicidad'", reveló.

Además, Johanna sostuvo que "yo no le rebatía nada, yo solamente le obedecía, pasaba todo el tiempo dopada. Durante los 10 meses que estuve con Francisco, él me cambió el teléfono como tres veces. Jamás hubo un plan".

Crimen del profesor

Continuando con su relato, Johanna rememoró el día del crimen y develó un escalofriante diálogo con Silva: "'¿Te acuerdas cuando te trataste de matar?' (le dijo el hoy condenado) 'Claro, yo me tomé las pastillas y me hice unos cortes superficiales' (respondió Johanna) y me dijo 'ya, lo mismo le va a pasar a hueón hoy'. Francisco ese día no tenía una cara normal. Tenía un rostro desfigurado".

"Me fue a dejar a la casa (de Nibaldo), me dejó a una cuadra y me pidió que le enviara fotos cuando estuviera dormido (producto del Clonazepam)", añadió.

De acuerdo a Johanna, su tarea consistía en "hacerlo dormir. Jamás pensé que lo iba a matar. Tuve tiempo para haber pedido ayuda o avisarle a Nibaldo que Francisco le quería hacer daño, pero en ese momento no pensé nada. Mientras Nibaldo subió a poner una película arriba, yo preparé eso (una malta con huevo)".

"A 10 minutos Nibaldo no coordinaba. Se quedó dormido con un sushi en la boca, yo se lo saqué de la boca, lo ayudé a acostarse y me dijo 'te amo', que fue lo último que me dijo", continuó.

Luego de mandarle fotos a Francisco, el sujeto irrumpió en el domicilio ubicado en calle Yacolen.

"Me dijo que lavara todo lo que usé. Entró, se cambió ropa, se sacó el uniforme que andaba trayendo de guardia y se puso ropa negra. Y yo me puse a hacer lo que él me mandó: limpiar todo lo que había usado. Pude haber pedido ayuda, pero no lo hice. Sentí miedo, pero no atiné a hacer nada", juró.

Escabrosos detalles

"Yo nunca vi el cuerpo. Lo dejé durmiendo y cuando subí, vi el bulto. Jamás toqué el cuerpo de Nibaldo. Él en cambio sí tenía toda la ropa ensangrentada".

Con estas palabras, Johanna Hernández se restó toda responsabilidad en el crimen. Según su relato, Francisco fue quien trasladó el cuerpo hasta la playa y procedió a deshacerse de los restos. "Llegando a la playa me dijo 'ayúdame'. Me bajé del auto y me dijo 'ayúdame a sacar a este hueón' (...) empezó a bajar por la quebrada y me dijo 'si preguntan cualquier cosa, se me cayó la rueda de repuesto'. Después me grita y me dice 'las bolsas de basura, lanzámelas con una piedra'. Ya, yo se las lancé y después él subió varios veces con bolsas de basura", detalló.

"Le pregunté que estaba haciendo y me dijo que había quemado toda la ropa que había quedado con sangre y que lo había dejado en ropa interior para que no perdiera su dignidad. Dijo que solo era eso, pero después aparecieron restos óseos", recordó.

Ya de regreso en el vehículo de Silva, la mujer indicó que "en el camino no hablamos nada. Puso la música, se fue cantando y me dejó en la casa de mi mamá".

Detenidos

Con el correr de los días, en plena búsqueda del profesor, la ex esposa de Nibaldo reveló el temor de su amante. "Me dice 'en cualquier momento van a encontrar el cuerpo de este hueón, así que hay que hacerlo desaparecer'. Me decía 'tú no tienes que saber nada, tú tienes que hacer lo que yo te diga'. Se consiguió el auto de su cuñada y ahí fuimos de nuevo a la casa de Francisco en Playa Ancha, y ahí sacó un serrucho, bolsas de basura nuevamente y las cintas con las que bajaba la quebrada".

"Tuve que ayudarlo a que se amarrara. Bajó y yo lo único que escuchaba era aserruchar. Tal como cuando uno corta un palo. Se quejaba, haciendo fuerza. Subió tres veces con bolsas. Le pregunté qué era, y me dijo 'no, nada, nada. Abre el maletero'", contó.

Finalmente, Silva habría lanzado tres bolsas al mar.

El 21 de agosto, día de su detención, Johanna explicó que "quedé mal. Como yo dije que sí era el cuerpo de Nibaldo (el que hallaron en la costa de Valparaíso) (...) La PDI encontró en el teléfono las fotos. Pensé que Francisco se iba a escapar. Yo no lo llamaba por teléfono, porque me dijo que estaban intervenidos. Me llamó justo el día de la detención, cerca de las 22.00 horas, él estaba ne su casa, me estaba hablando y me dijo 'espérate que escucho ruido'. Ahí yo dije 'ya, llegó el momento' (de su detención)".

¿Por qué lo hizo? "No sé. Tenía mucho miedo que le pudiera pasar algo a mis hijos. Y ese día que pasó todo, era Nibaldo o era yo", cerró.

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