La historia de los azules en este campeonato sería muy distinta sin Johnny Herrera en su arco.
Y así lo demostró ayer, cuando su jerarquía impidió que Católica se quedara con el clásico 185.
¿Recordemos? A los 15' sacó un cabezazo de Benjamín Vidal a quemarropa. Luego, a los 22', contuvo en doble instancia un brígido tiro libre de Jeisson Vargas. A los 35' tuvo la suerte de que José Pedro Fuenzalida elevara en la boca del arco.
Fortuna que se repitió a los 78', cuando "Ribery" Muñoz estrelló su remate en el palo y para que no dijeran que todo era azar, Herrera sacó un remate de Carlos Espinosa a los 88'.
Y es en estas dos últimas jugadas donde se produce un detalle que diferencia a los buenos porteros de los que no trascienden: Johnny subió y bajó a su defensa, haciéndole saber que la única manera de pelear el campeonato es manteniendo la concentración hasta el final.
Porque al "25" de los laicos no le interesaba jugar bien ayer, quería romper la mufa de los clásicos y seguir luchando por el "Bi".
"Veníamos de un desgaste muy grande, no era fácil, pero ganamos. No hicimos un gran partido, no obstante rescatamos los tres puntos", confesó en la zona mixta.
Compañeros lesionados
Luego agregó que "la gran cantidad de partidos que hemos jugado estas semanas nos ha pasado la cuenta. Muchos compañeros se lesionaron o llegaron con lo justo. No es una atenuante de lo que hicimos hoy, pero la falta de jugadores importantes se nota".
El atajapepas se refería a las ausencias de Gonzalo Jara y de Jean Beausejour, y a las lesiones que superaron con lo justo Mauricio Pinilla y Fabián Monzón.
Aunque la presencia de Jara es la que más extrañó, pues no dudó en matar a su última línea en el CDF. "No es lo mismo la salida sin Jara, porque Alejandro (Contreras) y el 'Quili' (Vilches) son distintos, nos cuesta empezar el fútbol. Eso nos hace ver no tan bien", concluyó.