Las conferencias post partido del Minimí son conocidas por ser largas y generalmente el deté casildense, se manda el libro largo. Al menos hasta ayer, que como nunca la hizo cortita.
¿Estaba con colitisx?x ¿Quería llegar luego a la casa pa’ ver Primer Plano o el Morandé con Compañíax?x Na’ que ver. La razón era otra.
En su periplo a El Teniente, el dolape fue con marca al hueso de su patrona, Paula Valenzuela, y como después de la mocha quedó libreta hasta el domingo, tenía que hacerla cortita pa’ que no le tiraran las orejas.
Como el “hombrecito” es muy querido en Rancagua -dirigió a O’Higgins entre el 2008 y 2009- su camino se hizo eterno por la gran cantidad de autógrafos y fotos que se tomó con los fanas. Hecho que colmó la paciencia de su “Pocahontas”.
Y no es que la pareja del “zurdo de Casilda” sea malas pulgas ni nada parecido, solo que en su paseo de moscas y flashes, Sampaoli pasó de largo de la camioneta donde estaba su “morena maravillosa” y no cachó que ella lo estaba llamando.
“Jorge, Jorge... ¡aquí estoy!”, gritó la primera dama de la Roja sin ser escuchada por Don Sampa, por lo que tuvo que recurrir al bocinazo y bajar la ventana pa’ que la viera.
Cuando Sampaoli cachó que había pasado de largo su tocomocho con su mujer dentro, agachó la cabeza y los hombros, al más puro estilo del “Chavo del 8” haciendo el famoso “vuelve el perro arrepentido”.
Apenas se subió al toco, Minimí y su Pocahontas volaron de El Teniente y al igual que la totalidad de sus pupilos, que salieron en autos privados y con ropa de calle sin hablar con la prensa, recién tiene que volver mañana a la concentración en Juan Pinto Durán.
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