El “memorable momento” fue compartido por un neurocirujano estadounidense que se desempeña como misionero en la selva brasileña.
Mientras en Australia el tenista serbio Novak Djokovic intenta jugar el primer Gran Slam del año sin vacunarse, y mientras en Chile la atleta Barbara Riveros no se ha pinchado porque “lo haré cuando me pueda asentar más en un lugar”, en otros lugares más recónditos los esfuerzos por obtener una dosis contra el coronavirus pueden ser titánicos.
“Momento más memorable de 2021″, declaró la semana pasada el neurocirujano gringo Erik Jennings, quien se desempeña como misionero en la selva de Brasil, en el Amazonas.
Se trata de una escena protagonizada por el joven indígena Tawy Zoé, quien cargó a su padre, Wahu Zoé, para que se pusiera la primera vacuna contra el Covid-19.
Fueron seis horas de caminada, según relató el médico, atravesando un bosque con colinas, arroyos y distintos obstáculos hasta la base donde se encontraba el propio Jennings y su equipo.
Ya puesto el pinchazo, el muchacho volvió a ponerse a su padre en la espalda para emprender otras seis horas de regreso hacia su aldea.
Con el 2022 ya iniciado, la población donde habitan los Zoé no ha registrado casos del pandémico virus.