Sepa por qué los jóvenes quieren acabar con la actual educación sexual

Un 49% de los jóvenes que participó en una encuesta realizada por la Asociación Chilena de Protección de la Familia (Aprofa), señaló que la educación sexual que se imparte en el país es muy mala.

Un 40% de ellos la calificó de deficiente, mientras que un 10% cree que es buena y sólo un 1% muy buena.

En esa investigación, titulada "Juventud y Educación Integral de la Sexualidad", participaron 104 jóvenes de entre 14 y 29 años, de las regiones de Tarapacá, Atacama, Antofagasta, Coquimbo, Araucanía, Maule y Metropolitana. De ese universo, un 74% se identificó con el género femenino, el 21% con el masculino y un 5% con uno binario.

Los que calificaron como deficiente y muy deficiente la educación sexual que se ofrece en los establecimientos educacionales lo hicieron, en su gran mayoría, por estar centrada en la abstinencia, por tener pocos espacios de información o de mala calidad y centrarse en lo biológico, dejando fuera el género y las diversidades sexuales.

Otras razones fueron la poca generación de impacto y porque no estaba vinculada con otras áreas como privación de libertad, migrantes y diferentes edades y clases económicas. También porque, sencillamente, era nula o inexistente.

Ante los resultados de ese estudio, Aprofa planteó que es necesario generar una política pública de educación integral de la sexualidad, que parta de la perspectiva de género y el enfoque de derechos y que integre de forma obligatoria las experiencias, necesidades y saberes de las personas jóvenes.

Además, "que esté libre de prejuicios, contribuya a la eliminación de estigmas, promueva la vivencia de una sexualidad placentera y libre, y permita cuestionar las desigualdades relacionadas con el género para construir sociedades más justas".

Para llevarla a cabo, tantos los jóvenes participantes del estudio como la misma institución elaboraron un pliego de exigencias, las que consideraron absolutamente necesarias. Estas, según sus autores, es una oportunidad para que el próximo gobierno de Sebastián Piñera tome en cuenta los resultados de esta investigación y realice un cambio radical en nuestro país, a lo que a educación sexual se refiere.

Propuesta

Con los datos obtenidos en esta investigación, Aprofa elaboró un documento en donde propondrá acciones concretas para mejorar la educación sexual en Chile, la que además de subir en su web www.aprofa.cl para descarga, entregará al recién Presidente electo con el propósito de contribuir a la elaboración de políticas públicas que mejoren la percepción de la formación en materia sexual entre los jóvenes que asisten a establecimientos educacionales en Chile.

Estas son algunas de las nuevas propuestas:

- Debe ser inclusiva, que respete las diversidades sexuales, que aborde contenidos relacionados con los derechos sexuales y reproductivos, que considere la orientación, identidad y disidencia sexual y participe en la construcción de una ciudadanía sexual verdadera.

- Una verdadera educación integral de la sexualidad y que sea reconocida como un derecho humano fundamental. Por lo tanto, su acceso universal a todas las personas debe estar garantizado.

- Esa educación debe estar articulada con el sistema de salud, protección social y los medios de comunicación para promover transformaciones reales en los patrones socioculturales que vulneran derechos.

- Debe estar presente, de forma transversal, en los contenidos mínimos obligatorios del currículum ministerial y, adicionalmente, debe ser evaluada y estar presente en los estándares de calidad educativa.

- Debe además fomentar y participar en la construcción de una educación no sexista, que cuestione, analice y aborde las desigualdades basadas en los roles tradicionales de género, para no reproducirlos y generar nuevas formas de relacionamiento.

- Una educación sexual que nos acerque al bienestar, el placer y una vivencia plena de la sexualidad.

- Debe ser laica, a partir de la perspectiva de género y el enfoque de derechos, así como reconocer las características individuales y contextuales de las y los estudiantes.

- Garantizar que las personas que se relacionará con los estudiantes cuenten con los conocimientos, herramientas y actitudes que favorezcan el aprendizaje.

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