El alcalde de Colbún es un huaso acampado que de ser el chofer de la ambulancia se convirtió en la máxima autoridad comunal.
Uno de los orgullos de Pedro Pablo Muñoz en su gestión en la localidad de la Región del Maule es el "Recital Colbún y su Gente", que finalizó anoche.
La parrilla del brillo animado por Willy Sabor le llevó artistas bacanes como Los Charros de Lumaco, Los Wachiturros, Los Vásquez y Juana Fe.
El último grupo tuvo un atado con "El Señor de la Querencia" (como es apodado el político independiente por sus detractores), porque los santiaguinos debieron salir fondeados del estadio municipal en un furgón de Carabineros.
Lo claro es que la noche del viernes los músicos fueron instalados en un camarín que sólo tenía una botella de jugo para saciar el hambre de la banda. A unos metros, bajo un toldo, un grupo de autoridades locales disfrutaban de un coctel que fue advertido por algunos cabros de Juana Fe.
Ahí partió el conflicto. El alcalde, que se refiere a los artistas como "esos hediondos de mierda, muertos de hambre y volados", contó que "se tiraron al cebiche y empezaron a comer con las manos. Yo les había pagado el almuerzo con mi plata, les presté una camioneta y la piscina, por eso les dije: Vayan a tocar porque para eso les pagamos".
El vocalista de la banda, Juanito Ayala, negó los malos modales de los suyos y acusó al "Señor de la Querencia" de empujarlos y chispearles los dedos para que fueran a actuar.
En el escenario JuanaFe sólo alcanzó a interpretar unos siete temas, porque los cortaron. La organización se enojó porque criticaron al alcalde, quien el año pasado hizo desalojar a los escolares en toma.
Muñoz reconoció que a los pingüinos "los echó cagando" porque necesitan del único liceo de la comuna, y negó que hubiera agredido a un camarógrafo francés que filmaba un documental de la banda.
Juanito acusa a Muñoz de darles algunos manotazos, decirles "muertos de hambre" y arrebatarles el equipo que siguió filmando el boche. El músico agradeció la intervención de Carabineros que los escoltó y les devolvió la cámara.
El alcalde dijo que si no se hubieran metido los verdes, a los artistas los habrían amarrado a un caballo para sacarlos del pueblo, o les habría "quemado el bus a los hueones, porque nadie le viene a faltar el respeto a mi gente que me adora".