Jugador de la UC cayó a barranco en su auto arriba de la pelota

El defensa Benjamín Vidal registraba 0,8 gramos de alcohol por litro de sangre. Milagrosamente salvó ileso y sólo quedó con "lesiones leves".

Durante la madrugada de ayer, el defensa de Universidad Católica Benjamín Vidal protagonizó un grave accidente de tránsito que le pudo costar la vida en caso de no haber contado con la suerte que tuvo.

A las 00.15 horas, el zaguero circulaba por la comuna de La Florida cuando perdió el control de su vehículo Mazda CX-5, en Alto Macul con Departamental, y cayó a un barranco desde una altura de 10 metros.

Afortunadamente, el jugador cruzado no resultó con lesiones. Así al menos lo evidenció el capitán de Carabineros Ignacio Lagos, al señalar que "el conductor se encontraba afuera de su móvil, sobre la calzada, sin lesiones visibles" y "casi ileso" cuando llegó el personal policial al lugar.

Sin embargo, la causa principal del accidente fueron los 0,8 gramos de alcohol por litro de sangre que registró el jugador al ser sometido al alcotest. En resumen, se encontraba en estado de ebriedad, por lo que fue detenido en la 43ª Comisaría de Peñalolén y, posteriormente, dejado en libertad.

Para que se haga una idea, el deportista de 26 años habría pasado las penas del empate de la Roja ante EE.UU. con cuatro vasitos de roncola.

Desde el Automóvil Club de Chile, Alberto Escobar, experto en la materia, le pegó un coscorrón al jugador y señaló que "un conductor con ese nivel de alcohol en el cuerpo es incapaz de conducir un vehículo de forma segura. Con lo que bebió el futbolista, no sólo se disminuye la capacidad de respuesta, sino que también reduce el sentido de la responsabilidad y prudencia".

Agregó que con el alto consumo de alcohol "se ven afectados los reflejos, lo que aumenta el tiempo de reacción, y altera el campo visual".

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