Los fanáticos de la música peinan la muñeca con la venida de Madonna, Elton John, Miguel Mateos y José Feliciano. En cambio, los hinchas de la computación están rallando la papa con la venida a Chile de Eugene Kaspersky, el ruso que creó uno de los antivirus más potentes del planetoide.
El cerebro tiene 43 años, usa barba de tres días y los que lo conocen aseguran que posee cualquier chispa y es capaz de bailar como un cosaco en el momento menos pensado.
El mito dice que se dio el lujo de diseñar una polera roja donde aparece igual que en la típica imagen del Che Guevara, con el lema "¡Viruses no pasarán!".
Como buen ruso, Eugene se ha pegado viajes a Cuba para disfrutar del tabaco y del ron y dar clases de antivirus, algo parecido a lo que hará en Chilito este viernes en el Hotel Hyatt
SECO
El muñeco estudió criptografía, la forma de escribir ciertas cosas en clave para que nadie lo pille, en un instituto que era financiado por el Ministerio de Defensa soviético y por la KGB, el organismo de inteligencia de la ex U.R.S.S.
En 1989 usaba su computador del laburo, cuando de repente se le metió el virus Cascade, que hacía que el texto de la pantalla se cayera a cada rato, lo cual era súper molesto.
Choreado por la situación, se le ocurrió luchar contra los ociosos que hacen los virus y se puso a estudiar sobre el tema.
En 1991 se metió al Centro de Tecnologías de la Información KAMI, y en 1997 fundó la empresa Kaspersky Labs, que mantiene hasta hoy con productos como antivirus para el PC y los teléfonos móviles.
AMPOLLETAZO
Entre las cosas novedosas que se le han ocurrido al rusosky está el utilizar un "pasaporte" para navegar la web.
Según Kaspersky, si cada usuario tuviera que identificarse digitalmente al de navegar, los hinchaforros que fabrican virus lo pensarían dos veces antes de hacer la maldad.
"Yo daría con gusto mi privacidad a cambio de no tener tantos spam y virus", dijo Eugene Kaspersky, quien esta semana pisará en suelo chileno junto a un grupo de cuatro rusoskis igual de cototos que él.
Ramiro García S.