El Papa Francisco echó del sacerdocio a Fernando Karadima, a siete años de ser condenado canónicamente a una vida de penitencia por abusos sexuales contra menores.
"Estábamos ante un caso muy serio de podredumbre y había que arrancarlo de raíz. Se trata de una medida excepcional, sin duda, pero los delitos graves de él han hecho un daño excepcional en Chile".
Greg Burke, vocero de la Santa Sede, explicó de esta forma la histórica determinación que tomó el Papa Francisco: expulsar del sacerdocio a Fernando Karadima (88), condenado canónicamente a una vida de oración y penitencia hace siete años por abusos sexuales contra menores.
"Hay dos claves para entender este decreto. La primera, que el Papa lo hace en conciencia. La segunda, la motivación: por el bien de la Iglesia. El Papa Francisco está actuando como pastor, como padre, por el bien de todo el pueblo de Dios", dijo el vocero del Vaticano.
El decreto para expulsar a Karadima fue firmado el jueves por el Sumo Pontífece y entró en vigor automáticamente. El ex párroco de El Bosque fue notificado esta mañana. La expulsión implica la dispensa de todas las obligaciones clericales de Karadima y se suma a la del sacerdote Cristián Precht, quien también fue exonerado hace dos semanas.
Castigo
Tras una investigación canónica, la Congregación para la Doctrina de la Fe determinó que Karadima cometió abusos sexuales a menores y abuso del ministerio sacerdotal durante su paso en la parroquia de El Bosque.
En febrero de 2011 fue condenado a una vida de penitencia y oración. Esa sentencia la cumplía, actualmente, en la residencia San José de Lo Barnechea, a cargo de la congregación Santa Teresa.
A raíz de este caso, los denunciantes de Karadima, Juan Carlos Cruz, José Andrés Murillo y James Hamilton, se transformaron en los principales voceros de otras situaciones similares que ocurrieron al interior de la iglesia chilena, señalando especialmente a los presuntos encubridores de Karadima.
Juan Carlos Cruz agradeció la decisión del Papa Francisco. En Twitter escribió: "espero que muchos sobrevivientes sientan un ligero alivio hoy".
"El pedófilo Karadima expulsado del sacerdocio. Nunca pensé que vería este día. Un hombre que le arruinó la vida a tantas personas. Agradezco que el Papa Francisco haya tomado esta determinación al fin", publicó en la red social.
Rectitud
El Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, también se refirió a la medida. "El Papa ha llegado a esta decisión excepcional en conciencia, o sea, que no está dentro de lo que se hace ordinariamente, es decir, por motivos que tocan su ministerio de pastor".
"Lo ha hecho por el bien de la Iglesia y en la Iglesia está todo el pueblo de Dios, desde las personas que han sido víctimas y han sufrido de los abusos al bien de los fieles que están llamados a caminar en rectitud, y de los sacerdotes, que están llamados a caminar de acuerdo a los grandes valores de su vocación y en bien de la sociedad", agregó.
Con la decisión de Francisco, continuó el cardenal, se marca "un camino que queremos que sea cada vez más transparente de acompañamiento de estas situaciones de formación para que no sucedan, para que justamente el 'nunca más' sea también una realidad en nuestra Iglesia".
Prensa mundial lo definió como el "depredador sexual más famoso de Chile"
La prensa mundial informó ampliamente sobre la decisión del Vaticano de expulsar a Karadima. La BBC tituló con la expulsión, basándose en el comunicado que emitió el Vaticano. Pero además entregó una breve reseña del ex párroco de El Bosque.
"Se convirtió en el depredador sexual más famoso de Chile. El Vaticano lo había declarado culpable en 2011 de abusar sexualmente de menores. Lo sentenció a una vida de penitencia y oración y le prohibió tener contacto con antiguos feligreses o realizar cualquier acto eclesiástico de forma pública", detalló.
El argentino El Clarín aseguró que este "escándalo global de abuso sexual ha sacudido" la administración del Papa Francisco. Asimismo, destacó que "se trata de la mayor condena dentro de la Iglesia católica".
Por otro lado, el sitio web de El Mundo planteó que se trata de "una medida más en la limpieza que está realizando el Papa Francisco en la Iglesia Católica en Chile".