Esta terrible historia tuvo lugar en Jackson, Estados Unidos. El caso estuvo congelado por dos años, mientras la mujer permanecía inmóvil en un hogar de ancianos. Al despertar, reveló la cruda verdad. El culpable ya fue detenido.
La madrugada del 10 de junio de 2020, hace dos años y poco, Wanda Palmer estaba sola en su casa. Entonces, de pronto irrumpió un tipo armado con un machete. Durante los siguientes minutos, lo único que se escuchó fueron sus gritos. De dolor, de desesperación. Sus vecinos no entendían qué estaba ocurriendo, pero prendieron las alarmas. Llamaron a la policía y acudieron en ayuda de la mujer. Pero a esas alturas ya no estaba allí el agresor, nadie lo vio. Sólo se encontraba Wanda sobre su sofá, malherida, sin apenas poder reaccionar.
“Cuando llegamos allí, para ser sinceros, pensamos que estaba muerta. No habría apostado ni un centavo por su vida, estaba en muy mal estado”, recordó la escena Ross Mellenger, alguacil del condado de Jackson, en conversación con Metro News.
Ni siquiera las cámaras de seguridad de la zona fueron capaces de captar al tipo que esa noche había golpeado salvajemente a la mujer. Tampoco había llamadas en su teléfono celular, armas u otros rastros, alguna pista que les permitiera sospechar. “Prácticamente no había nada para avanzar”, sostuvo Mellenger. Aunque lo cierto es que sí había un apuntado.
Mientras, Wanda Palmer fue trasladada a un centro asistencial cercano, en New Martinsville. “Fue atacada, hackeada y dada por muerta”, sostuvo la policía local en un principio. Sin embargo, la mujer por suerte sobrevivió. Eso sí, estuvo en coma, inmóvil en un hogar de ancianos, por cerca de dos años. Durante ese lapso, las diligencias investigativas se detuvieron. No había caso, hasta entonces.
Lo que nadie realmente esperaba es que Wanda, finalmente, despertó. Hace unos días, la mujer recobró la consciencia y sacó la voz. Aunque presentaba daños cerebrales, pudo hablar acerca de lo ocurrido esa noche. Ella era la clave: la única que sabía con certeza quién estaba detrás del ataque.
Entonces lo reveló. Wanda habló con los agentes de la policía y les sinceró que quien había ingresado esa madrugada a su propiedad, y había intentado acabar su vida con un machete, había sido su propio hermano, Daniel Palmer, con quien aparentemente la relación era pésima.
“Cuando se le preguntó por qué Daniel la agredió, Wanda dijo que ‘él era malo’”, se puede leer en la denuncia que obtuvo el medio local WCHTV. Una de sus amigas, Myssi Powers, convalidó esa información. Dijo que el hombre, de 55 años, “había sido malo con Wanda en el pasado”.
De acuerdo a CNN, con el paso de los días Wanda ha ido recuperándose. Ahora, por ejemplo, es capaz de entablar conversaciones más largas.
Por su parte, su hermano Daniel fue detenido y presentado ante un juez por los delitos de intento de asesinato y lesiones. Permanece tras las rejas y con una fianza de 500 mil dólares a la espera de su sentencia.