"Y el hábito no hace al monje", decía mi abuelita. Ahora sí que la sequía legislativa queda de manifiesto. Tanto decir que los niños están en el primer lugar de la fila y seguir esperando la reforma al Sename. ¡Pobres adultos mayores! Ahora sí se darán por notificados de que sus pensiones seguirán siendo vergonzosas: Negocio de unos pocos y miseria de muchos. Hoy, algunos "honorables" van detrás de las corbatas. Taaan increíblemente lejos de lo que a usted le parece urgente...
La Comisión de Defensa de la Cámara perdió media hora -muy bien remunerada gracias al bolsillo de los chilenos- para exigir un "fashion emergency" a Jaime Bassa, un doctor en Derecho Constitucional que decidió dedicar su tiempo a explicarles -gratuitamente- cómo se pueden evitar los "arreglines" en las compras de las Fuerzas Armadas. Pero no: Sin chaqueta y corbata no estaba a su altura. No importa si estudió harto más que ellos. Tanto, que fue invitado a darles clases de cómo hacer mejor las cosas.
En una semana triste para este país, con niños de hasta 8 años de edad, deambulando por las calles y parques dispuestos a cometer un ataque sexual, lo importante es la ropa. ¿Y si usamos el Congreso para debatir? ¿Está bien que esos niños delincuentes y violadores vuelvan al "cuidado" de esos papás ausentes y abandonadores?
Un papá o mamá que no sabe o no le importa en qué anda su hijo por las calles y hasta la madrugada... ¿Podrá proteger a sus hijos? ¿Cómo protege el Estado de Chile a esos niños? ¿Cómo se educa y apoya también a esos padres? Porque tampoco empecemos a encerrar niños tras las rejas. Hay tanto que debatir...
Menos mal que -en episodios como estos- siempre hay algunos que intentan poner cordura. Pero poco y nada consiguen. Y así es como, mientras en algunos países del primer mundo, no necesitan tantas cárceles porque se la juegan por más apoyo a la infancia, más educación y más oportunidades, nosotros seguimos donde estamos.
Y si se se avanza, es poco y lento. ¿Se ha fijado? A la hora de las elecciones, sobran candidatos: Todos quieren ser Presidente, senador, diputado o alcalde. "Yo quiero cambiar este país", dicen. ¿¡Ha calculado el promedio de promesas por cada candidato!? Pero después, se justifican: Dicen que en 4 años no se puede hacer mucho. Y usted estará pensando: ¿Y finalmente botan el tiempo en esto? ¿Una corbata? ¿En serio? ¿Con mis impuestos?.
Mientras tanto, en el Chile de hoy, "delincuentes de cuello y corbata" se pasean por los tribunales pero no pasan ni un solo día tras las rejas. ¿Lo ha notado? La corbata no te hace honorable. "Ni cagando" -digo- parafraseando al insuperable diputado (UDI) Ignacio Urrutia. Un "campechano" en el Parlamento, como se describe a sí mismo. Un parlamentario elegido por la gente, que gasta en trajes y corbatas pero ha invertido poco en tolerancia y respeto.
Ahí hay otra tarea pendiente: Condenas de verdad para los ladrones de cuello y corbata. El Gobierno tiene iniciativa de ley e impone los ritmos legislativos. Los senadores y diputados también proponen y discuten. Los invito a salir de la "sequía legislativa". ¿Será esa la lección de esta semana? ¿O nadie entendió nada?
Pero admito que después del "Episodio de la Corbata" me llené de alegría, al comprobar que -incluso en las casi siempre tan tóxicas y tan caníbales redes sociales- a veces gana la cordura y el buen criterio. No todo está perdido. Algún día será otro Chile.
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