La Cuarta Dimensión: El recuerdo de Candy Kournikova sigue en la ruta

La popular artista falleció en un accidente hace cinco años, pero en su animita la gente la sigue recordando, pidiéndoles favores y sintiendo su presencia.

Los shows de "Candy Kournikova" fueron conocidos en todo Chile. Doris Leiva, su verdadero nombre, se subía a la tarima siendo un calco de la tenista rusa Anna Kournikova, donde realizaba un osado espectáculo que siempre sorprendía a los espectadores.

El día de su muerte tenía sólo 37 años y una vida entera por delante. Volviendo de una presentación, chocó con el único sauce que había en la ruta 5 Norte, a la altura de Hijuelas. Ella no pudo resistir el impacto. Era una mañana de febrero del 2014.

Su funeral fue multitudinario. San Antonio lloró a una de sus personas más especiales, pero a decenas de kilómetros de ahí comenzó a formarse la leyenda de Candy.

La familia de la artista montó una animita bajo el sauce donde perdió la vida. Con una gigantografía que recuerda su rol de tenista y su infaltable raqueta como guía, todo aquel que pasa por el lugar sabe que ese es su lugar descanso. Fue así que con el pasar de los meses comenzaron a parecer objetos y mensajes agradeciendo a Candy por favores concedidos.

La gente espontáneamente le comenzó a pedir peticiones a la mujer, mientras que los camioneros que circulan por la ruta le tocaban la bocina para saludarla cada vez que pasan por ahí.

A la Candy le han pedido por enfermos, amores, trabajo y sus devotos aseguran que sabe cumplir con mucha prontitud, pero contrario a lo que sucede con otras animitas, ella no tiene plaquitas, sino que está llena de flores, peluches, artesanías y objetos personales que se quedan en ese lugar como agradecimiento junto a la imagen de Leiva.

Algunos de sus seguidores dan fe que cuando llegan al lugar a solicitarle algo, se siente una presencia extraña. Para varios es ella que se manifiesta en forma de olores o brisas, aún agradecida por el cariño que le tienen.

La Kournikova vive en la memoria colectiva y en la de quienes se acercan a su lecho solicitando ayuda, la cual ella siempre sabe responder.

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