Con la pandemia, como que a todo el mundo le dio por tejer para matar el aburrimiento.
Las lanas están de moda, eso se sabe. Con la pandemia, como que a todo el mundo le dio por tejer para matar el aburrimiento. El tema es que a no todos les quedan los chalecos divinos, y es ahí donde Ana Belén Gómez cae parada. Es que se pasó.
Aunque se tituló de prevencionista de riesgo, esta renquina de corazón toda la vida tejió para pagarse los estudios. Y como la práctica hace a la maestra, a sus 28 años se convirtió en una artista de los palillos y el croché.
"Tejo de todo. Desde llaveros a lo que me pidan", cuenta Belén, que se pone colorada al recordar que una vez hasta le mandaron a hacer unos recuerditos puntudos y narigones para una despedida de solteras.
El único requisito es el tiempo. "En general hago las cosas con tres días de anticipación", explica con la palabra empeñada de que el chaleco que usted siempre quiso le quedará de pelos.
"Aunque trabajo con las medidas de las tiendas, o sea, S, M, L y XL, lo mejor es que la gente me mande sus medidas tomadas con una huincha", pasa el secreto de la perfección.
Ah, y otra cosa más. Belén es casi única en su especie porque además de zapatitos de bebé, vestidos, chalecos, gorros y lo que se le ocurre también teje peluches. La técnica se llama "amigurumis" y viene de Japón. Los monos son igualitos.
En Renca el reparto sale luca y a otras comunas dependerá de los KM que recorra su esposo en la cleta. Es que el hombre tiene piernas de acero y esa pega se la echa al hombro. Vale la pena.
Contacto: +56961757177
Instagram: @bell.tejidosdeamor.cl
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