La desconocida labor de los carabineros de Lonquimay

Sargento Fernández y sus compañeros van más allá de su labor policial.

El sargento primero Juan Carlos Fernández es más que un carabinero en Lonquimay. Fernández, de dotación de la Subcomisaría fronteriza, se enteró de la situación de Alberto Beroíza,  68 años, no vidente hace más de cuatro décadas, quien estaba pasando por momento de complicados.

Fernández, junto a otro carabineros, inició una pequeña campaña de ayuda para el anciano, a quien le consiguieron un bastón especial y materiales para la construcción de un cerco para su vivienda.

Los carabineros gestionaron, además, con el club de Leones de Temuco, la entrega de víveres, ropa de cama y vestuario adecuado para el clima de la zona.

Para el sargento Fernández, más que una ayuda,  es una obligación moral poder ayudar a la gente que se encuentra  muchas veces disminuida en la parte económica, pero con un gran espíritu y muchas ganas de vivir.

Los carabineros de la esa unidad fronteriza  se han caracterizado por brindar no solo seguridad a la comunidad de Lonquimay, sino que por ser un aporte a labores sociales.

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