Desde hace cientos de años que cada Nochebuena irrumpe en los hogares del mundo para crear momentos especiales con aquellos que queremos. A bordo de su trineo, y acompañado de sus fieles renos liderados por Rodolfo, este jovial anciano inmortal se traslada para repartir regalos a la velocidad de la luz. Pero, en el fondo, reconoce que su misión es una sola: entregar amor. En entrevista con La Cuarta habla de su pasado, su presente e inclusive su desconocida vida familiar.
Su roja y rechoncha figura año a año se adueña de un día completo alrededor del mundo. De hecho, a pesar de que es conocido por varios nombres, se ha logrado instalar como uno de los rostros más conocidos de la historia. Para dejarlo en claro: todos saben quién es y qué es lo que hace.
Grandes corporaciones usufructúan de su figura, situándolo en afiches y tarjetas comerciales para vender lo que sea, mientras al mismo tiempo se forjan campañas comunitarias para repartir la alegría y reforzar los nexos humanos en un mundo cada vez más comercial. Según cuenta, no puede hacer nada contra lo primero. “A veces me dan ganas de seguir el ejemplo y expulsar a los mercaderes del templo”, dice.
Para muchos, su trabajo arduo es uno de los más importantes que existen, tanto por lo que significa para los más pequeños del hogar, como por el cómo su labor que se convierte en un sostén para millones de padres que quieren mantener la magia de un milagroso lazo amoroso.
Se trata del Viejito Pascuero, quien a primera hora del próximo 24 de diciembre concluirá los últimos preparativos para comenzar un viaje a través de todo el planeta para repetir lo que en sus propias palabras define como “amor”.
Lo anterior es lo que lo movió a conversar con La Cuarta en esta exclusiva mundial. Nos habló de su historia, la importancia de su trabajo y respondió a las críticas. Todo esto sin olvidar al “verdadero significado” de la Navidad.
La Firme con el Viejito Pascuero
Tengo tantos nombres como regalos. Tengo millones de amigos que me dicen Papa Noel, Santa Claus y San Nicolás. Solo daré una pista, pero uno de esos es el original. Gente de otras partes del mundo también me dice el Abuelo de Invierno y otros hablan del Gnomo de Navidad, aunque eso suena un poco feo porque yo me veo al espejo y creo que no me parezco a uno... ¡Y no tengo nada en contra de los gnomos! Jo jo jo jo jo...
Me gusta que por cariño muchos simplemente me llamen Santa o que niños pequeños hablen del Jo-Jo, pero mi favorito es ese que me tienen acá en Chile: Viejito Pascuero. Lo encuentro lindo y muy tierno.
Tengo que reconocer que no me gusta mucho que me digan viejito, porque básicamente soy inmortal, estoy en mi mejor momento y no envejezco. Jo jo jo jo jo. Así que siempre estaré ahí para los niños de todo el mundo, inclusive para aquellos que dejan de creer en mí. Obviamente una de mis partes muere cuando alguien me reniega, pero esa misma parte vuelve a nacer con cada niño que empieza a creer.
Creer es importante y por eso mismo lo más relevante no soy yo, son ustedes. El momento del abrazo tras un regalo es mi favorito. Cuando veo la explosión de amor, la alegría que se desata y escuchar a la gente que dice gracias por cada regalo. Ahí mi corazón se llena por completo. A mucha gente se le olvida, pero es ese instante el que hace que la Navidad sea el mejor día del año.
Muchos se preguntan sobre por qué ando entregando regalos en Nochebuena, pero todo comenzó hace cientos de años. No puedo contar muchos detalles, ya que en el misterio está la gracia, pero yo existo porque ustedes creen. También debo reconocer que existen tradiciones humanas muy antiguas que apuntaban a regalar a los niños y, por varias razones, he terminado representando todo eso. Solo les recordaré que en la Roma antigua se honraba a un dios de esos tiempos, luego hubo hadas y hasta troncos mágicos, pero en el fondo siempre estuve ahí y estaré presente mientras se mantenga el espíritu de la bondad y nos preocupemos por el prójimo.
Igual da un poco lo mismo qué es lo que creen, porque lo importante es qué es lo que sienten. Por eso mismo aparezco en Navidad, ya que en este día conmemoramos el nacimiento de una persona que nos decía que: amarás a tu prójimo como a ti mismo. En el fondo, los regalos tienen la idea de sustituir el odio y el resentimiento con amor y amabilidad. Por eso no importa si son regalos que la gente considera como costosos o se trata de un simple gesto, una carta, un te quiero. Esos últimos son mis favoritos, ya que a veces ni siquiera he aparecido y ya se ha dado el regalo más grande: amarnos. Rodolfo me dice hippie cuando digo estas cosas.
El tema de los regalos es controversial para algunos, pero mi objetivo es estar ahí para todos de la forma que sea. A veces no se puede estar en todas las partes del mundo, ya que inclusive eso a veces no está al alcance de mis poderes, pero mi mensaje es que nos queramos aunque no tengamos regalos. Mejor aún, si tenemos mucho, lo mejor es darle a otros. Por eso me encanta esa iniciativa de apadrinar cartas impulsada por Correos de Chile. No conocer a un niño, pero darle amor. Eso me hace innecesario y encantado desaparecería si me volviese intrascendente.
Celebro mucho ese sentimiento de comunidad. La ayuda que me dan los padres es esencial y reconozco que muchas veces no podría estar ahí sin ellos. A veces Rodolfo inclusive me molesta diciendo que me pongo comunista al celebrar cosas como la propiedad en común de la producción de los regalos junto a los papis. Pero aunque ando de rojo, les aseguro que no como guaguas jo jo jo jo jo. En el fondo no tengo ninguna bandera política... ¡Compañeros! jo jo jo jo jo. Eso último es una broma. Me gusta hacer bromas. Jo jo jo jo jo.
También no falta la gente que me trata de facho como dicen ustedes en Chile. Que represento el poder del dinero por aquí o que inclusive potencio al consumismo por allá. Lamentablemente eso habla más de la humanidad que de mi mismo. Y como dije, el amor de dar al prójimo, ya sea un regalo o un gesto, es lo que nos lleva a olvidarnos de nuestras diferencias.
Mi parte favorita de la Navidad pasa justo antes de que yo llegue: La cena. El compartir con los seres queridos. Aunque yo estoy trabajando al 100% durante todo ese día, también tengo mi propia celebración allá en el Polo Norte. A primera hora del 24 de diciembre, me levanto. Le doy de comer a los osos polares y comienzo a hacer la última verificación de los regalos. Hay gente que cree que esto se hace a última hora, pero con los duendes, aunque ellos prefieren que les digamos elfos, trabajamos todo el año en esto. Más allá de eso, entre medio de los preparativos de la entrega, tengo mi propia celebración íntima con mi señora. Ella es la que en realidad hace que todo sea posible. La señora Claus me da la energía para hacer todo lo que hay que hacer y también me recompone cuando veo a niños llorando en este día. Esa es mi gran pena, pues a pesar de ser un día feliz, no siempre lo es. Me costó siglos aceptarlo.
Me gustan todas las comidas de Navidad. ¡Me encantan! Desde las cosas de cóctel a los asados. Desde los dulces hasta los helados. Obviamente me encantan las galletas, especialmente si tienen formas e incluyen chips de chocolate. Son deliciosas Obviamente me gusta el pollito, pero también el pavo que hacen en otros lados y también las ensaladas o los productos veganos que comen aquellos que le hacen la cruz a la carne. No tengo un favorito, porque realmente me gusta todo. Hay que cuidar esta figura. Jo jo jo jo jo.
Tengo que cuidarme igual, ya que el sobrepeso es algo peligroso y cuando uno se engolosina, se pone en riesgo. El problema siempre está en los excesos y por eso me preocupo de hacer mucho ejercicio cuando estamos haciendo los regalos. Me muevo para arriba y para abajo, lo que me permite ser un gordito sano. Además... igual a la señora Claus le gusta eso de mi, porque me mantiene en línea con muchos embelecos y uno de los mejores es el Pan de Pascua. El que hace ella es el mejor para mi. Pero les pido de todo. Comidas de Chile, de España, de Estados Unidos. ¡Tengo para elegir de todo!
Los brebajes navideños son, como decía alguien, un elixir. Aprovecho que falta poco para el Año Nuevo para disfrutar de los aperitivos. Uno de mis favoritos es el ponche y debo reconocer que por eso mismo tengo una predilección por ese que hacen allá en Chile. Encuentro genial el Colemono, porque la mezcla de aguardiente, café y leche queda ideal. También me da risa esa historia que habla que su origen viene de la pistola de un presidente. La verdad es que todo ese tema de los orígenes tiene mucho de mito y como ya les he dicho, yo mismo soy prueba de ello.
Todos los papeles de regalo son hermosos. Me gustan los que tienen pinos, los que tienen dibujos de cajitas e inclusive esos que son de un solo color. Los que más me gustan son aquellos que son creados por las propias personas, ya sea que los dibujen o inclusive tomen un diseño y los impriman en papel para hacer algo diferente. Eso le da un toque especial y me encanta tanta preocupación. El regalo en sí puede terminar siendo lo de menos con ese tipo de gestos.
En lo que yo hago hay mucho de magia, pero en el fondo es un milagro. Tengo mi saco mágico y ahí guardamos las toneladas de regalos de todo el mundo. Me gusta ver al saco mágico como una caja de sorpresas. A veces entrego regalos que los niños no esperan, pero siempre tengo que tener en cuenta a toda la familia. A todas las familias en realidad.
Nadie puede saber dónde está mi casa. Yo digo que vivo en el Polo Norte rodeado de osos polares, pero si ven un globo terráqueo, ese lugar está justo en medio del Océano Ártico. Solo les puedo decir que puedo estar en donde hay nieve y también en donde hay calor, que mi casa puede estar en el norte o en el sur. En el oriente o en el poniente. Lo importante en el fondo es que mi casa es su casa. Que todos están invitados a abrazar el mismo espíritu navideño que tenemos con la Señora Claus.
A mi esposa la conocí el año 904. Nunca olvidaré ese día. Era un día nevado y estaba reinando Harald de los Cabellos Hermosos, quien fue el primer rey de Noruega. Ella no era parte de la nobleza y yo por ese tiempo deambulaba por el mundo sin mucho rumbo. Esto de dar regalos no se daba tan seguido, así que el trabajo era fácil. Pero, desde que la conocí, lo realmente difícil para mi era pasar momentos alejados de ella. Nos vimos y fue un flechazo inmediato. La amo con todo mi corazón. Jo jo jo jo jo.
No puedo hablar mucho de mi familia, pero realmente tengo familia. Tengo hijos, pero prefiero resguardar sus nombres. Debo proteger a mi gente del acoso de la prensa y esta figura que tengo es como mi traje de superhéroe. Por eso me gusta tener tantos nombres, porque así se crea bastante misterio. De hecho, creo que yo soy como Batman. O al revés, Batman es como yo. En vez de enfrentar maleantes, yo me enfrento al tiempo jo jo jo jo jo Pero hablando en serio, en realidad no tengo mucho en común con Batman más allá de actuar en la noche... pero me gusta Batman. Es uno de los regalos favoritos que me gusta dar. A veces he pesando cambiar mi trineo por un batimóvil volador. Jo jo jo jo jo.
Una de las cosas que siempre llama la atención es justamente mi trineo. Reconozco que lo tengo que cambiar todos los años. La ciencia y la tecnología avanzan de forma mágica y eso me permite ir creando mejoras año a año. Uno de mis duendes, que se llama Juanito, lidera el diseño y desarrollo de nuestra fábrica y él me ayuda a ir moldeando el trineo. También para mi es importante que los renos estén cómodos y Rodolfo se preocupa de todos en su rol de líder del Sindicato de Renos. O sea, eso no les debería sorprender. Tiene una nariz roja brillante. Jo jo jo jo jo.
Rodolfo siempre está en el foco por razones obvias como líder, pero yo quiero a todos mis renos. Brioso es juguetón, Danzarín es el más divertido y a Saltarín hay que tenerlo en la mira, ya que le gusta escaparse a alguna fiesta y eso nos ha pasado en más de una ocasión. Bromista es la más hermosa y Cometa es probablemente el más rápido, ya que esparce la felicidad. Trueno y Relámpago andan juntos para arriba y para abajo, aunque uno obviamente es más rápido que el otro. Y Cupido es uno de los más importantes, porque es el que encarna de mejor forma a la Navidad: esparcir el amor y la alegría.
La tradición habla de que entro por la chimenea, pero eso tiene mucho de marketing. Yo nunca he dicho por dónde entro a las casas, porque, repito, en el secreto está la magia. Solo les diré que estoy en las casas con chimenea o sin chimenea. En las casas que pagan contribuciones y en las que no. De gente con mucho dinero y con poco dinero. No hay ninguna barrera, salvo una: que no crean en mi. Si no creen en mi, no estaré ahí. Pero espero que aunque no crean en mi, se amen. Eso crea una chispita que hará que algo de mi igual esté presente
Llevo tanto tiempo en esto, que también hay muchos mitos sobre mí. Dicen que tengo un telescopio para ver a todos los niños o que tengo de aliados a seres mágicos que ven el comportamiento de los niños.... que inclusive tengo un acompañante que les deja un trozo de carbón a los niños malos. Todo eso es mentira y quiero dejar desde ya el reclamo. Todo eso no es más que puro cuento. Falacias. Mentiras. No tengo ni un telescopio, ni un teléfono para hablar con los papás. Muchos creen que sin la carta no habrá regalo, pero lo cierto es que solo basta que crean en mi y, repito, ahí estaré.
El tema de la carta es algo bonito. Muchos niños pequeños no saben ni escribir y sus papitos, hermanos o sus cuidadores hacen las cartas por ellos. Ese es el verdadero espíritu. En esos detalles es en donde estoy yo. A veces me mandan cartas con puros rayados y cuadrados y círculos y ahí no sé qué dice la carta. Tengo que pedirle ayuda a la Señora Claus, ya que ella lo sabe todo. De hecho, sabe perfectamente dónde estoy, especialmente cuando tengo que dar regalos a las solteras. Jo jo jo jo jo. Pero siempre le recuerdo que todos merecen su regalo, especialmente los que están solos y solas. No nos olvidemos de ellos.
Una de las cartas que siempre me emociona es cuando un niño no pide regalos y pide que alguien de su familia se sane de alguna enfermedad. Hay cosas que intento hacer e interceder, pero lo que me gustaría decir es que siempre estaré ahí con ustedes para que todo resulte bien. Lamentablemente, cuando me piden que sane a alguien, a veces hay barreras humanas que interceden. No quiero entrar en polémicas, pero solo diré que el único regalo que no daré es ese que me están pidiendo algunos dueños de isapres. Pensándolo bien, estoy optando por entregar mi primer trozo de carbón jo jo jo jo jo jo.
El árbol de Navidad es espectacular. En mi cabaña siempre tenemos uno de verdad, pero da lo mismo el tipo, el color o el tamaño del árbol. Los adornos son hermosos y mis favoritos son las esferas y las luces de colores. Si tienen sonidos, mucho mejor, porque me permiten pasar más desapercibido. Yo tengo un perro y cuando adornamos el árbol, siempre se queda mirando a la estrella. Ese detalle de la estrella de Belén y el propio pesebre son lo mejor, porque ahí está el mensaje que se conecta directo con la esencia de la Navidad. Ahora, esa gente que cambia las cosas, haciendo un pesebre con personajes de Mario Bros o lo que sea, no están haciendo nada malo. La gracia de la Navidad es que no es igual ni significa lo mismo para todos. Pero aún así todos podemos tener el sentimiento navideño. Inclusive si viven solos y arman el árbol solo para ustedes.
Algo que me tiene un poco cansado es esa idea que me tilda de ser una figura estadounidense intrusa y amenazar las tradiciones locales. Algunos hasta dicen que fui creado por la Coca Cola... ¡Y yo ni puedo tomarla! Tengo que cuidarme, porque la única azúcar que me permito es la que está en la cena de Navidad y entre tomar una Coca Cola, una versión Zero y un Colemono... ¡no hay dónde perderse! Jo jo jo jo jo. Pero igual debo decir que no tengo problemas con Estados Unidos, pero yo no nací allá. Yo vengo del Viejo Mundo.
Me duele cuando dicen que yo hago olvidar el origen cristiano o que el nacimiento de Jesús pasa a un segundo plano. Como dije antes, para mí el mensaje es lo que más importa y yo no puedo hacer nada cuando los comercios se vuelcan solo al gasto, gasto, gasto, gasto. Ese es el único lado de la Navidad del que no me gusta hablar. En mi cabaña tenemos horarios y los duendes quedan libres a primera hora para pasar la fiesta con sus familias el 24. Para mi el sentido religioso de la Navidad es muy bonito, y recuerda mis tiempos como obispo en mi querida Licia en el año 331... pero me gusta mucho ver a la gente que asiste a la Misa del Gallo. Esa vigilia nocturna es muy bonita.
La señora Claus no se enoja por el hecho de que nuestra celebración tenga que ser antes o después de la Navidad y que yo tenga que pasar toda la Nochebuena trabajando. Ella me conoció así y tiene completamente claro la importancia de lo que hago yo. Eso es lo que amo también de ella. Nosotros tenemos 364 días para nosotros. Le damos una noche al mundo para hacerlo algo mejor. Ahora, claro que es algo agotador, pero siempre se dice que uno es feliz en el trabajo cuando hace lo que le gusta... ¡y a mi me encanta lo que hago! Jo jo jo jo jo.
Estar en familia, estar con los seres queridos es lo más importante. Hay gente que no tiene a nadie, pero por eso me gustaría decir que si tienen a un amigo que está solo, lo inviten a pasar un tiempo con ustedes. Si no tienen regalos para ellos, da lo mismo. Compartir es lo más importante. Cada segundo que yo paso con la señora Claus, Rodolfo y todo el resto es vital. Es lo que me hace vivir.
Otra de las preguntas habituales sobre mi radica en el cómo es posible que yo esté en centros comerciales, en las plazas y en muchos otros lados. Algunos dicen que tengo ayudantes y otros dicen que son mis representantes. La verdad es que yo puedo estar en todos lados y soy capaz de tomar todo tipo de formas. Tengo muchos rostros y puedo estar en el corazón de muchos a la vez. Pero hablando de este tema me gustaría dejar en claro una cosa: también es cierto que los ancianos son olvidados por la sociedad y muchos no tienen buenas pensiones. Así que si me ven en uno de ellos, salúdenme.
Me gusta la frase de dar hasta que duela. La dijo un sacerdote y su legado está unido a un hogar que trabaja en pro de la vejez. Hay que reconocer que la Navidad es un tiempo que inevitablemente pone a los ancianos en primera línea, porque yo mismo tengo la apariencia de un viejito, pero no tenemos que olvidarnos que la vejez —durante gran parte del año— solo se liga a temas como las enfermedades, soledad o inclusive el abandono. Creo importante que esa idea de dar hasta que duela se transmita durante todo el año.
Voy a volver al tema de Correos de Chile porque creo que hablé muy poco de eso y ahí está el verdadero sentido de la Navidad. Apadrinar a un niño es lo más hermoso que se puede hacer, especialmente cuando tienes la posibilidad de hacerlo. También amo cuando las personas que no tienen realmente mucho igual se esfuerzan y apadrinan una carta. Ver la sonrisa en esos niños, más allá de cualquier tema o evaluación que se pueda hacer, me parece genial.
Cuando alguien se porta mal probablemente se merece ese carbón del que muchos hablan, pero me duele también que se crea esa idea de castigar a los niños. A veces los malos comportamientos se deben a otros factores y un niño puede hacer cosas malas por lo que le toca vivir en el día a día. Muchas veces su mal comportamiento es culpa de los adultos. Yo creo que generalmente el carbón debiese ser para los adultos... y para los dueños de las isapres. Jo jo jo jo jo.
Creo que nunca he tenido una peor Navidad. A veces han ocurrido cosas de las que no me gusta hablar, tragedias que ocurren durante la Nochebuena, pero lamentablemente tenemos que aceptar que la vida es así. Imprevista, inesperada, sorpresiva. Por eso tenemos que valorar cada segundo de nuestras vidas, cada segundo que pasamos con nuestros seres queridos.
Los regalos de las mascotas me encantan. Yo tengo un perrito, varios osos polares y hasta pingüinos. Las mascotas son lo mejor y cuando un niño pide un regalo para su gatito o lo que sea, me emociona. Ese niño no está pidiendo para si mismo y eso vuelve a su petición algo muy especial para mi. Además, no tenemos que olvidarnos que las mascotas siempre están ahí para nosotros. Así que me encanta andar trayendo huesos, catnips, ratones de hule y hasta queso. Sí, porque hay gente que tiene ratones de mascotas y también piden para ellos. ¡Todos son bienvenidos a Navidad! ¡No hay que discriminar!
Una de las cosas que nunca olvidaré es aquella vez que le cumplí un sueño a un niño. Él estaba medio enojado y pidió hacer desaparecer a toda su familia... y eso hice. Aunque al comienzo celebró, después se dio cuenta que estar solo no era algo realmente bueno. Menos cuando después unos ladrones intentan robar en tu casa jo jo jo jo jo.... Ya, ya, si eso es de Mi Pobre Angelito, pero el mensaje es lo que importa: estar solo en Navidad es lo peor y por eso siempre intento mover los hilos. No siempre puedo, pero no nos olvidemos en este día de aquellos que no tienen a nadie más. Especialmente nuestros personas de mayor edad.
Todas las películas navideñas son mis favoritas, pero me gusta mucho Batman Returns. O sea, ya les dije mi relación con Batman y encuentro que esa película es espectacular. Como también dije recién, obviamente me encantan esa película de la que ya hable, esa de Mi Pobre Angelito, aunque Kevin se me vuelve diablillo. Mmmmm... ¡Cierto! A la señora Claus le gusta Qué Bello es Vivir, que probablemente es la mejor película navideña de todas.... Y una de las que menos me gustan es El Extraño Mundo de Jack, pero eso es porque en una parte me secuestran. Pero son demasiadas películas y algunas las confundo porque son muy parecidas y se me olvidan.
Mi sueño pendiente es que todos los días sean Navidad, pero creo que eso no será posible. Pero igual me gusta soñar.
Una cábala que tengo es no abrocharme la bota, porque el viaje es largo y mi Nochebuena a veces se hace eterna. Además, el año que me abroche las botas hubo un terremoto. No soy supersticioso, pero uno nunca sabe.
Mi frase favorita ni siquiera es una frase: JO JO JO JO JO
Mi comida favorita es cualquier cosa con papas duquesas.
Mi sueldo es la sonrisa de los niños al abrir los regalos. Con eso me doy por pagado.
Mi canción favorita es esa de Mariah Carey, la encuentro genial y ella me gusta mucho. Esa canción es tan inmortal como yo y tiene la energía navideña precisa. A la señora Claus le encanta “Feliz Navidad” de José Feliciano y Rudolph es un poco egocéntrico, así que le gusta esa de Chuck Berry que se llama “Run, Rudolph, Run”. ¡Es buenísima!
El horóscopo es lo realmente pagano. Como alguien que es Capricornio es mi deber dejarlo en claro.
Si pudiera tener otro superpoder sería el de hacer feliz a toda la gente, pero eso lamentablemente no es posible. Hay que aceptarlo y solo podemos trabajar para no hacer daño y hacer que la felicidad sea el verdadero motor de nuestras vidas.
Si pudiera invitar a tres personas de la historia a un asado serían Kevin McCallister, John McClane y George Bailey, porque solo existen en las películas y ya les dije que debo resguardar la privacidad de mi casa. Así que me conformo con la Señora Claus, mis renos y mis amigos duendes.
El Viejito Pascuero es alguien que solo quiere lo mejor para todos y que ama incluso a aquellos que lo critican o lo tachan de mero objeto comercial. La Navidad es para dar el regalo del cariño a los otros. También es para celebrar los mensajes que nos entregó alguien que nació en un pesebre. A la larga, la Navidad, tal como yo, puede tener múltiples caras y significados, pero lo más importante es que no olvidemos que debemos apuntar a renunciar a uno mismo, a pensar en los demás y que nuestra dicha nazca de cómo llevar la mayor felicidad al resto. Eso es la Navidad. JO JO JO JO JO.