La fría muerte del Pato Egaña: Delincuente, traficante, homosexual y novelista

Sólo un puñado de personas acompañó el jueves los restos de Patricio Egaña Salinas hasta el Cementerio de Playa Ancha N° 3. Funeral tardío, ya que su anónimo cadáver fue rescatado del mar, frente a los roqueríos de Quintero, a las 11,56 horas del 16 de diciembre de 2006.

Identificado por sus huellas digitales como un sujeto prontuariado por robos con violencia, hurtos y narcotráfico, su cuerpo permaneció congelado a 4o bajo cero en el frigorífico del Servicio Médico Legal de Valparaíso.

El delincuente, homosexual, novelista y luchador por los derechos de los reclusos hubiera terminado en una fosa común si no es por el periodista Santiago Pavlovic, quien reveló que no había emigrado a Francia junto a su pareja a fines de 2006, como se rumoreaba, sino que se lo habían tragado las olas del litoral central.

El lector común recuerda a Egaña por ser el proveedor de drogas de Claudio Spiniak y quien en 1996 recibió el indulto presidencial gracias a los buenos oficios de la escritora Matilde Ladrón de Guevara, con quien sostuvo una apasionada relación epistolar.

Las cartas entre el reo y la madura intelectual fueron recogidas en el libro "Pacto Sublime", la crónica de un romance que, según su biógrafo, Víctor Hugo Robles, el "Che Guevara de los Gays", se derrumbó "como un castillo de naipes".

Pato Egaña nació en 1946 en el seno de una familia burguesa que lo pasaba muy bien sin su compañía. Conoció el abandono que lo llevó a cultivar la solitaria pasión del poeta y a los 9 años ganó sus primeros laureles. El último fue en 1998, cuando obtuvo el primer premio del concurso Cuentos para Presos. El jurado, integrado por Carlos Cerda, Ana María del Río y Poli Délano, lo eligió entre 350 postulantes.

UNA RULETA

A los 13 años, un vecino al que fue a preguntarle si era malo "correrse la paja", lo sedujo y violó. Las cartas estaban echadas. Descubrió su pasión por los hombres, pero aún así hizo su servicio militar en la Armada.Luego estudió construción civil, topografía y publicidad.

Tempranamente atraído por el arte, fue actor del grupo teatral de la Escuela de Artes y Oficios y primer bailarín del Ballet Folclórico de la Universidad Técnica del Estado (UTE), donde instaló una timba para jugar póquer.

En 1969 conoció los años dorados de la Tía Carlina y en su burdel de calle Vivaceta decidió ganarse la vida como prostituto homosexual. En 1970 un futuro dentista lo sacó del ambiente y gracias a su "suegro" consiguió pega en la gerencia del Hipódromo de Chile.

En esa época saqueó una pieza llena de antigüedades de la casa que habitaba y vendió el tesoro entre los anticuarios. Con el dinero viajó por América, hasta que en 1975 cayó preso.

"Llegué parado a la cárcel, después de ser violado en los calabozos de Investigaciones por funcionarios y delincuentes", confidenció a Hugo Robles en una entrevista concedida a El Periodista en noviembre de 2003 En la cana conoció a su pareja y mediante el pago de "coimas" logró su libertad condicional.

De vuelta en la calle se hizo narco para juntar dinero y partir con su "marido" y el hijo de éste a Europa. El OS-7 de Carabineros se interpuso en su plan y pagó por sus sueños con tres años de cárcel.

Libre, se dedicó al teatro. Creó el grupo Budai y debutó en el Festival de Viña 2002 bajo la forma de una gárgola en la coreografía que acompañó a Los Jaivas. En julio de 2005 prestó su sangre infectada con VIH para que Benjamín Novoa Longueira pintara un tóxico cuadro en honor a un amigo muerto de Sida en España. También se recuerda su performance "Hijo de Perro". La Iglesia Católica presentó un recurso para prohibir su puesta en escena, pero el tribunal lo declaró inadmisible.

EN SEGUNDA FILA DE AMIGOTES DE CLAUDIO SPINIAK

Pato Egaña estuvo presente en el primer acto del Caso Spiniak, una investigación por prostitución, violación de menores y tráfico de drogas.

Cuando el empresario Claudio Spiniak cayó en manos de la policía en la rotonda Lo Curro, el 17 de diciembre de 2002, estaba acompañado de Egaña y sentado sobre un paquetón de armas y drogas.

Al final del proceso, el juez Sergio Muñoz amplió los sometimientos a proceso de los involucrados en la red pederasta, al comprobar la existencia de una asociación ilícita para abusar de menores en riesgo social. Según el fallo, la organización estaba predispuesta para la satisfacción sexual de los deseos de Spiniak y la retribución económica y la posibilidad de consumir droga de los otros, ya que no estaba entre sus posibilidades adquirirla, y operaba desde 1998.

El juez determinó que si bien la jefatura de la banda estaba constituida por Spiniak, Milton Rodríguez y Miguel Quiroga, en la segunda línea de mando figuraba, entre otros, el Pato Egaña.

El ministro dijo que Spiniak se gastó 400 millones de pesos en 15 años para satisfacer sus caprichos.

DIO LA PELEA POR SUS DERECHOS CARCELARIOS

Si Egaña hubiera conocido al filósofo francés Michel Foucault (1926-1984), hubieran hecho buenas migas. Ambos eran homosexuales e interesados por los derechos de los reos. Hoy nadie duda que el llamado "Informe Egaña" fue el primer grito para llamar la atención de las autoridades sobre el hacinamiento carcelario y la condición infrahumana en que vivían los reos infectados con el VIH.

Foucault ayudó a fundar el Prison Information Group para ayudar a los prisioneros a hacer públicos sus reclamos. Creía que el sistema penal sustituía el castigo de los actos criminales por la creación de la figura de un individuo peligroso para la sociedad (sin tener en cuenta el verdadero crimen), y predijo que vendría una sociedad en la que la sexualidad sería un peligro errante, un "fantasma".

"A la condena judicial se agrega el juicio moral, económico y segregacionista que nos convierte en culpables de continuar viviendo", reclamó Egaña. "Las autoridades penales no han enfrentado el tema de la sexualidad en las cárceles, porque no está resuelto en la sociedad chilena".

El recurso de proteción que presentó contra Gendarmería mientras estaba en Colina II, donde exigía medidas de resguardo por verse afectados sus derechos constitucionales, fue rechazado por la Tercera Sala de la Corte de Apelaciones el 11 de agosto de 2004, por "no haberse probado su fundamento".

Manuel Vega O.

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