Mientras David Pizarro se unía al lado chuncho de la fuerza, desde Brasil Walter Montillo sangraba por la herida y acusaba el puñal que le clavaron en la "U".
Un breve recuento. Desde su paso por el Bulla en 2008, la "Ardilla" ha repetido una y otra vez que lo único que quería era ir más allá del horizonte.
Sin embargo, cada intento de retorno siempre se funó, casi siempre porque desde Azul Azul decían que era más barato comprarle zapatos a la "Carecuica" que repatriar al "10" argentino.
Pero según Montillo todo fue una chiva muerta que merecía ser aclarada. "No llegamos a hablar de plata, pasa que se inventan muchas cosas como para tratar de tapar agujeros. Se lo había dicho a Carlos Heller que me llamó por telefóno, que era una falta de respeto lo que estaban inventando. Yo estoy muy tranquilo, porque ni llegamos a hablar de números, pero ni se acercaron a mi", vomitó el "Ardilla" a Radio ADN.
Y eso, no es todo ya que el che quedó con sangre en el ojo por el portazo que le dieron. "Dolido con el trato, uno siempre cuando estuvo allá (Universidad de Chile) siempre trató de darle lo mejor, hasta en los momentos más difíciles de mi vida (la enfermedad de su hijo) y una devolución de esa manera no fue la correcta. Cuando quise volver se me cerraron muchas puertas, no es por parte de la gente sino por la dirigencia y el cuerpo técnico que estaba de turno", los amarró el crack.
Como la vida da vueltas tanto como la misma pelota, Montillo se podrá sacar los balazos mañana a las 20:45 horas cuando ahora con la polera de Botafogo reciba a Colo Colo por la Libertadores y, quien sabe, le demuestre a Azul Azul que está más vigente que nunca. ¿Será?
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