“Por ser así, tan especial, te dedicamos esta canción: hue...”, le habrían cantado a todo pulmón los reos de la Complejo Penitenciario de Valparaíso a Luis Deila Basáez (39), tras su inesperado regreso a la capacha porteña.
El ave descarriada fue uno de los 724 reclusos que se echó a volar del nido penitenciario, ubicado en el Cerro Florida, durante la madrugada del sábado, gracias a la resolución de la Comisión de Libertad Condicional de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, pero 16 horas después el hombre se pasó de revoluciones, asaltó a una joven, y cayó a la capacha nuevamente.
Corría el 1 de septiembre del 2013, el preso, que tenía en su prontuario más de 20 causas, se subió a un colectivo de la línea 26 junto a su pareja, para ir al centro de la ciudad a llenar la guata con unos “tocomples” y, durante el viaje, amenazó con una cuchilla al conductor del vehículo, a quien le robó ¡dos lucas! en monedas de $100.
Esa misma madrugada, los verdes de la Tenencia Cordillera lo agarraron y, finalmente, recibió un canazo de cinco años y un día por los delitos de robo con violencia e infracción a la ley de armas.
El 1 de marzo de este año, Deila Basáez cumplió la mitad de su condena y como tenía muy buena conducta, practicaba un oficio al interior del penal, más una excelente evaluación de parte de Gendarmería, pudo buscar una salida del chucho a través de beneficios.
REINCIDIÓ
Apenas se viró del Complejo Penitenciario de Valpo, el hombrón partió de vuelo a su palacete ubicado en la calle Gran Bretaña, en el Cerro Playa Ancha.
En dicho lugar estuvo durante el día hasta que, a eso de las 16.00 horas, salió a “trabajar”, como le llaman en el oficio del hampa, y se subió a un microbús de la línea 705, en el primer sector de Playa Ancha.
¡Cuento corto! El condenado se fue encima de una joven, identificada con las iniciales F.A.C, a quien le robó el celular para luego desaparecer por los pasajes de dicho cerro.
Pero el ex preso no contaba con que varias personas le habían sacado la foto, lo que ayudó a personal uniformado en su detención al instante.
Finalmente, el imputado fue puesto a disposición del Ministerio Público, que lo formalizó por el delito de robo con violencia y lo mandó de vuelta a la capacha.
SE DESMARCAN
La liberación generó el manso gallinero entre el Poder Judicial y el Ministerio de Justicia (ver recuadro). Por lo mismo, Gendarmería de Chile también sacó la voz en la discusión y aclaró que “la postulación al mencionado beneficio es un derecho del interno, sin embargo, la decisión es tomada por la Comisión de Libertad Condicional de cada Corte de Apelaciones a lo largo del país”.
Los uniformados tiraron la pelota pa’ otro lado y detallaron que “la Comisión de Libertad Condicional, en uso de sus facultades legales, decidió concederles el beneficio a 788 internos incluyendo a aquellos que contaban con informe desfavorable por parte de Gendarmería”.