Terminar con la jodida puerta giratoria, reinsertar a los ladrillos en la sociedad y convertir a los semilla de maldad en cabros de bien, es el objetivo de una cotota campaña para que los reos puedan echar manos a la obra en la construcción de viviendas sociales.

A Francisco "Cojo" Leal (34) le llegaron a brillar las pepas al cachar el manso beneficio, ya que siempre vio el trabajo en la constru como algo lejano, a pesar de que tiene varios amigos y parentela que pone el hombro en este rubro.

"Acá dentro de la cárcel nos dieron esta oportunidad de poder realizar talleres y convertirlos en nuestro oficio una vez que salgamos de acá. Siempre comentamos con el resto de la población penal de lo difícil que es buscar pega cuando uno tiene los papeles sucios", soltó el "Cojo" mientras cuenta los días para quedar libreta.

El compadre cayó preso hace tres años cuando andaba lanzado por la vida, ya que se le ocurrió la brillante idea de pelarse una 4x4. Cuando iba embalado manejando, cachó que en los asientos de atrás iba una niña, por lo que al ser detenido fue formalizado por secuestro. Ahora cumple cuatro peras y una guinda en la Ex Peni.

"Empecé en un taller de cuero donde confeccionamos cinturones y artesanía, pero nos contaron que afuera la pega en la constru es bien solicitada, ya que falta mano de obra calificada y los sueldos son buenos. Quiero perfeccionarme en mezclas de áridos", aserruchó a La Cuarta.

El batiplán para reinsertar en la sociedad a los cabros que metieron la cabeza en el WC de la delincuencia, tiene la bendición del ministro de la Vivienda, Rodrigo Pérez, y el subse de Justicia, Juan Ignacio Piña.

"Este convenio de colaboración mutua permitirá a los internos del sistema penal de todo el país trabajar en la construcción de viviendas sociales y recibir una remuneración por su trabajo", aseguró Pérez.

"Tanto los hombres como las mujeres podrán capacitarse y trabajar directamente contratados por una constructora para la asignación de tareas, las que podrán aportar al ingreso familiar", agregó el subse de Justicia.

Este acuerdo nació en los penales del norte, donde los reos pueden salir a poner el hombro ante la atenta mirada de Gendarmería.