La hora difícil que vive el payaso "Minutito"

Si la barra escuchara el nombre de Roberto Avendaño (68), probablemente quedaría cachuda sobre quién es. Pero si le hablan de la "Chanchita Piggy", de los Bochincheros o el payaso "Minutito" del Circo de las Montini, capacito le haga sentido y le traiga uno que otro recuerdo de broca cochi.

Es que Roberto Avendaño no es solamente el hombrecito detrás de estos dos personajitos, sino que también el recuerdo para todos los lolosaurios que ahora superan los treinta años.

"Los Bochincheros me han dejado grandes satisfacciones en mi vida y siempre está la posibilidad de poder reeditarlo, pero yo tengo muchas dificultades para poder andar", cuenta Roberto, quien mide 1 metro y 5 centímetros y por un problema de las articulaciones en la entrepierna ha tenido muchas dificultades para caminar.

Además cuenta que ha hecho muchas cosas para agregar más morlacos a su pensión de 80 lucas y mantener su hogar, con esposa y tres hijos.

- ¿Es verdad cumpita que tenía un negocio en el que arrendaba enanitos para eventos?

- Si poh, éramos un lote de 15 personas bajas, que éramos conocidos por ser los enanos del viejo pascuero en el Parque Arauco. Ahí nos llamaron para ir a la Cover, a la Oz y bailar un rato. Ganábamos entre veinte y treinta lucas.

- ¿Y nunca te tincó volver a la pantalla chica?

- Sí, siempre te tira, pero la verdad es que la televisión es muy traicionera. Cuando estás bien, te sacan el jugo, pero después no. La televisión es olvidadiza de su gente.

El peque, que también ha pituteado en la serie "Casado con hijos" y la película "Kiltro", le recomienda a todos los mini peques que buscan su minuto de fama, que se cuiden más y que cachen que la fama es efímera.

SABIO CONSEJO

Por esto "Minutito" le recomendó a Miguelito, el chiquitín del momento, que se ande piano piano.

"Yo le diría que hay que ser más previsor, porque no se puede vivir para siempre con esto. Tiene que cotizar, ordenarse y ser precavido, porque los payasos ganan poco durante su vida", lanza Avendaño, que aprovecha la ocasión de apelar al corazón del buen samaritano para pedir una silla de ruedas para poder desplazarse de mejor manera.

"Estoy muy agradecido de lo que me dio la vida. Me dio una casa y no puedo pedir más. Eso sí, necesito moverme para algún lado", remata este inolvidable personajito.

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