La Liga de la Justicia nos presta el ropero

Existe un grupo de personajes que luchará para que hoy pueda seguir disfrutando del diario pop y de otras maravillas de la vida.

Los superhéroes chilenos no tienen la belleza ni el dinero de sus pares gringos, tampoco se comen a las mejores minas del barrio, ni las réplicas de sus imágenes se venden con la cajita feliz.

Nuestros superhéroes son más chilenos que los hoyos de las calles y los tacos que deja la lluvia, pero son nuestros y se comprometieron a luchar por la justicia y evitar que los ríos de sangre corran por el país.

Súper Géiser será feo, pero sabe comunicarse con la Madre Tierra y hablará con ella para que nos dé un tiempo más sobre su superficie.

Mirageman andará en micro y comprará en cuotas el pedido del supermercado, pero sabe que debemos cambiar nuestros hábitos para seguir al mando de este mundo.

Ecomán es un luchador solitario que enfrenta molinos de viento gigantes y no pierde la esperanza de concientizarnos sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.

Súper Pollo es un ejemplo de solidaridad, y el miserable Pencamán nos da la inmensa alegría de saber que siempre hay alguien más charcha que uno.

SÚPER POLLO CREE QUE ESTAMOS MATANDO A NUESTRO PLANETA

Súper Pollo es un chileno de 47 años que desde 1978 vive en Inglaterra y dedica sus poderes avícolas a obras benéficas ligadas al atletismo.

Para el terremoto del 2010 el plumífero se movió y juntó plata para los damnificados de la catástrofe, por eso corrió el maratón de Sheffield con su traje que nos recuerda a Guru Guru.

Desde su casa, Fabián Cruz contó que si el mundo se fuera a la conchelalora no le gustaría sobrevivir para quedar solito sobre la faz de la Tierra.

“Acá no están muy preocupados de las profecías, pero igual pienso que los seres humanos estamos matando al planeta y si no hay un cambio radical el futuro no será bueno”, comentó el Súper Pollo.

POR PENCAS NOS LIBRAMOS DE MORIR

Pencamán es un superhéroe cesante que trabajó casi gratis en el programa “Síganme los Buenos”, de Julio César Rodríguez.

El personaje más roñoso que ha pisado un set de televisión tenía el poder de detectar a personas pencas gracias a sus testículos, y nada más.

Sobre la posibilidad del fin del mundo se manifestó feliz ya que dejaría de sufrir la humillación de existir, pero cree que somos tan pencas que le predicción maya es mula.

“Llamo a la gente a no desesperarse, pero igual junten agua porque Pencamán puede llegar montado en un carro de fuego cantando el Apocalipsis”.

SÚPER GÉISER INVOCARÁ A SUS ANCESTROS

El héroe que lucha disfrazado por la defensa de los géiseres de El Tatio no cree que el mundo se acabe hoy “aunque pasarán cosas como movimientos telúricos, tsunamis, aluviones y erupciones”.

Súper Géiser se comprometió a usar el poder de sus antepasados aborígenes. “Antiguamente nuestros abuelos le pagaban a la Tierra y a los volcanes con la sangre de una llamito blanco derramada durante el primer rayito del sol”, explicó.

Ricardo Mallorca llamó a la calma, pero no descartó que algún día llegue nuestro fin debido a que los hombres se casan con hombres, “y eso que no soy discriminativo”.

SALDREMOS FORTALECIDOS DEL TRANCE

La batalla de Ecomán es contra la contaminación y haciendo eso lo interrumpimos en Colombia.

El gigante azul cree que si hay una “corriente mental, los pensamientos se vuelven realidad”, como habría sido a su juicio la lluvia del miércoles.

A pesar del maltrato que los hombres le damos a nuestro planeta, Ecomán le diría a la gente “que esté tranquila, que no ocurrirá nada, que tomen conciencia, será un paso evolutivo genial que nos permitirá salir fortalecidos”, explicó.

Para trasmitir su mensaje el personaje ironizó que lo haría a través de programas faranduleros, porque tienen el monopolio de la tele.

NO HAY QUE PREOCUPARSE DE TONTERAS

La gracia de Mirageman es que no tiene poderes sobrenaturales como Superman o el Hombre Araña, y tampoco disfruta del dinero y los artefactos de última tecnología de Batman, él es pobre pero honrado.

A nuestro héroe las profecías lo tienen chato, no cree en ellas y “no tiene tiempo para preocuparse por tonteras”.

De todos modos considera que “el único que puede destruir al mundo es el ser humano” y por eso está dedicado a crear una conciencia colectiva responsable para que no nos vayamos cortados aún.

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