Alegre, risueña, feliz. Todo aquel que conoció a Astrid Soto sólo tiene palabras positivas para hablar de ella. En la Población La Bandera siempre llamó la atención por su gran disposición y belleza, tanto que para muchos era un verdadero ángel.
Con sólo 19 años su carácter la mostraba como una líder natural, pero el destino quiso otra cosa.
Conduciendo su moto por la Autopista del Sol, a la altura de Padre Hurtado, era supervisada a lo lejos desde un auto por su padre. Juntos habían parado unos kilómetros antes de que sucediera el fatal momento, ese que convertiría a Astrid en la "niña hermosa".
Cuando la joven intentó volver a la carretera para seguir su camino, no se percató que tras ella avanzaba un camión. El padre no solo fue testigo de aquel brutal impacto, la crueldad del destino hizo que el cuerpo de la niña cayera sobre el móvil de su progenitor.
Rápidamente se bajó para darle los primeros auxilios, pero todo fue en vano. En los brazos de él partió del mundo terrenal, llevándose la alegría de los suyos. El ángel de La Bandera volvía a donde pertenecía... o tal vez no.
Muchos dicen que el espíritu de ella se quedó para siempre en el kilómetro 22. Lo cierto es que el dolor de su familia y de su barrio fue tremendo. La despidieron como la estrella que fue en vida. Toda la población la acompañó hasta su última morada, pero lejos de quedarse en el olvido, Astrid siguió brillando.
Detenido
Más de 20 años han pasado de ese maldito momento y la historia se fue masificando con el paso del tiempo. La autopista se llena de luminosidad llegando a la recta en donde esta Astrid. Muchos se convencieron de que tenía poderes divinos, de sanación, convirtiéndose en una figura milagrosa. Eso sí, todos los que la van a visitar llegan con su obsequio predilecto: un peluche.
Su familia fue la primera en poner osos de felpa en la animita, algo que con el tiempo se fue replicando por sus devotos. A tanto aumentó el fervor que existía por "la niña hermosa", que comenzaron a llegar espejos, labiales, peines, bisutería, todo para que en la eternidad sea la estrella más reluciente de todas.
Los favores urgentes son la especialidad de Astrid. Siempre cumpliendo con fidelidad a los requerimientos. Más de 5.000 obsequios adornan el colorido paisaje que protege a los viajeros que regresan o buscan escapar de Santiago.
Esos mismos que durante las noches afirman que ven merodear una silueta femenina en el sector. Cabello negro con sus risos al viento, estirpe de modelo que va intentando alertar el peligro a quienes pasan por la carretera. Un espíritu salvador que custodia el paso de todos en la Ruta 78.
Durante el día, los camioneros saludan afectuosamente a "la niña hermosa" haciendo sonar sus bocinas, quizás como una señal de que nadie se ha olvidado de ella, pidiéndole que su camino sea expedito para llegar a destino.
Su espíritu quedo detenido para siempre en la Autopista del Sol. El kilómetro 22 la acogió como su inquilina predilecta hace 20 años. Ella ha sabido responder a la confianza de sus seguidores, quienes la veneran y ven en esta animita una luz de esperanza.
Si la quiere visitar ella estará ahí para ayudarlo. Recuerde llevar con un peluche y decirle cosas lindas para que siga siendo la intermediaria entre este mundo y lo espiritual.