Una inversión por casi 1.700 millones de pesos dio vida al ambicioso proyecto que pretende darle un nuevo espacio al turismo y alejar a la delincuencia.
Al mejor estilo de las plazas centrales europeas, la Plaza de Armas de Santiago estrenó esta semana una remodelación histórica, que pretende darle un nuevo colorido y una renovada oferta gastronómica al denominado kilómetro cero de la capital.
Los portales Fernández Concha y Bulnes lucen un coqueto diseño, en tonos blancos y negros, que ofrece restaurantes con terrazas, heladerías, bancos y tiendas de ropa.
El antiguo portal de las carteras se transformó en un centro de encuentro donde destacan 10 restaurantes con variada carta y con precios para todos los bolsillos. Y ojo, que los completos clásicos del Fernández Concha, esos que chorrean mayonesa, se seguirán vendiendo, pero con puestos remodelados.
Una de las principales quejas de los vecinos del sector era que por años el espacio público fue perdiendo su clásico color verde y ritmo festivo, transformándose en un peligroso foco de delincuencia que alejaba a turistas y de paso generaba rechazo entre los empresarios que alguna vez quisieron invertir en el sector.
Las autoridades de la comuna fueron testigos silenciosos de como los turistas extranjeros transitaban por la Plaza de Armas, tomaban un par de fotografías en la Catedral, admiraban los cuadros de los pintores y rápidamente emprendía rumbo a otros sectores de la capital. El temor a un asalto o la poca oferta de diversión eran las principales razones para el rechazo.
"Teníamos en deuda el kilómetro cero de la capital, que se había venido al suelo. Hemos cambiado los malos usos que había en el sector. El Centro se despobló y eso afecta a la Municipalidad. Ahora estamos ofreciendo un espacio público de calidad. Devolverle la dignidad al centro que jamás debió perder", comentó Felipe Alessandri, alcalde de la comuna.
La remodelación de los históricos portales del centro se enmarca en el proyecto del plan de Ordenamiento de la Vía Pública que impulsa la muni y que incluye la remodelación del paseo Bandera y de los carros de vendedores que dan vida al paseo Puente, entre La Piojera y el Mercado Central.
"Hoy estamos poniendo a la Plaza de Armas a la par con las plazas más importantes del mundo, cuidando su carácter de Monumento Nacional, pero también dándole un nuevo aire, más moderno y que la potencie como un lugar turístico imperdible. Además no preocupamos de que el mobiliario sea más amigable con el medioambiente al dejar de lado el plástico como estructura central", destacó la máxima autoridad de Santiago.