El Ejército cumplió un gran papel luego del terremoto, ayudó a mantener la seguridad y cooperó en la reconstrucción.
Quizás por eso un par de militares pensó que tenía derecho a celebrar, y se sumó a una ardiente fiesta en el Biobío.
El pasado 4 de noviermbre, en Quirihue un lote de personas realizó un carrete para despedirse de sus compañeros luego del fin de sus contratos en el Cuerpo Militar del Trabajo. La mayoría de los asistentes al brillo, que se realizó en un rústico galpón, fueron mujeres. ¡Bien mujeres!
Un video difundido por internet captó como una crespa de grandota vaciló con un militar, que terminó con tanta envergadura como su ocasional pareja de baile.
Según TVN el uniformado que se sobajeó, hizo un koala y flexiones sobre el cuerpo de la hembra, sería el soldado de tropa profesional José Navarrete, que pertenece a la Brigada de Operaciones Especiales de Colina, que desde abril estaba en la zona.
El alto mando del Ejército estaría al tanto del carrete y tomaría medidas disciplinarias, pero no en contra del bailarín, sino que le caería la teja a un sargento primero del Regimiento de Caballería Blindada Nº 1 Granaderos, de Quillota, quien en vez de pararle el carro a su subordinado, le tomó fotos. ¡Plop!
El video, que muestra lo bien nutridos que deben estar los hijos de las mujeres de Quirihue, dura cinco minutos y termina con una dama en calzones bailando con un feo chascón que aparentemente es civil.
El seremi del Trabajo, Alejandro Reyes, dijo que la fiesta le pareció "indignante y nos vamos a encargar personalmente de que se apliquen sanciones".
A nosotros también nos parece indignante, ¡pero que no nos hayan invitado!