La Garra Blanca va a tener que pedirle prestado los parlantes de los Jonas Brothers para cantar en el clásico del domingo, porque sólo se permitirá el ingreso a dos mil alboadictos en un partido al que se espera la asistencia de más de 40 mil pericos.
Claro que la decisión de reducir a los albos a su más mínima expresión no nació de la odiosidad de Azul Azul. Al contrario, Colo Colo estuvo totalmente de acuerdo con la medida.
Luego de una reunión en la Intendencia, donde corrió el juguito de fruta natural de durazno, el presi plumífero, Kiko Valdés, y su colega albo, Guillermo Mackenna, anunciaron los motivos.
"Pondremos dos mil entradas para la gente de Colo Colo en una medida recíproca -cuando la 'U' juegue en el Monumental también recibirá las mismas entradas- y así será más fácil de controlar la violencia", explicó Valdés. Los garreros podrán comprarlas mañana o el viernes en la Ruca.
Los hinchas albos "ocuparán el sector de la puerta cinco en el lado norte y el resto será para los fanáticos de la U", explicó don Kiko, lo que produjo un efecto inmediato: Si ayer quedaban menos de 1000 galerías, ahora hay 10 mil galuchas nuevas disponibles para los chascones del Bulla.
Consultado por la posibilidad de que colocolinos se infiltren en marquesina o Andes, Federico señaló que "en esos sectores no hay cómo controlar el ingreso, pero allí no se producen problemas de violencia".
La idea es que a partir de ahora en los clásicos la visita sea iñi piñi para evitar los atados entre las barras. Además, no se podrá estacionar el toco en las cercanías del estadio.