"Desde la mitad de la cancha, qué globo más sensacional ¿De dónde sacaste esa genialidad? Qué invento de Pe-dro Mo-ra-lesss". La incofundible voz de Pietro Carcuro se mezclaba con el buqué a sopita caliente. Y es que apenas habían pasado 5 minutos del frío mediodía jaguar, cuando la Rojita se rajaba con el aperitivo para un almuerzo que acabó siendo, sufridamente, más rico.
Tras las hazañas contra Francia y Holanda, potencias europeas, la sorprendente Sub 23 ayer tuvo una pega tanto o más peluda: Pasar la vara, o la boa en realidad, africana de Costa de Marfil. Un monstruo comparado con Japón, pokemones que aparte de correr no tenían ni un brillo.
Y la Rojita lo sufrió. Aunque el partido le amaneció soleado con un globo maravilloso de "Pokemorales" desde mitad de cancha, los chocolatines empezaron a correr en sus tres patas y la diferencia se notó.
Por los lados y de chimbazo los "Trululú" (los negretes visten de naranjo), ganaron el control y, para peor, a la media hora se nos fundió Hans Martínez, el bastión que se farrea la UC. Pero la cosa se nos puso negra como el rival cuando un tiro libre de Djakpa fue como un explorador adentro de la olla. Gol y empate africano.
SU HORA
Casi sin poder respirar, la profecía parecía escrita. Como tantas veces, Chile iba a morir en la puerta del honor. Pero esta vez apareció Cristopher Toselli, no sólo para convertirse en el cinturón de castidad que funó a la huasca marfileña, sino que también el líder aleonador.
No hubo misil que no tapara hasta con la cara. Pero lo mejor fue un cabezazo que "Hulk" sacó con una mano justo antes de que una patriada de Lorca, quien corrió 30 metros, se hizo un autopase y sacó un centro fantástico, muriera en la red empujada por Orellana.
El resto fue aguantar y encomendarse a Toselli, que tras la hazaña de llevar a la Rojita a la final confesó su sueño: "Siempre he querido ganarle una final a Italia". Chile irá por la copa mañana, a las 14.45 horas.
"NO ME CREO LA FIGURA"
El segundo gol de Orellana en el Stade Mayol será difícil se olvidar. Es que una pepa que vale una final entra en el disco duro para siempre, pero a Fabián Orellana no lo nubló el gel y, como siempre, se derritió en humildad.
"No me creo la figura. Tuve la suerte que me tocara echarla adentro a mí, pero el mérito es de todo el equipo y en especial de (Juan Gonzalo) Lorca, que se mandó un jugadón para darme el pase", recitó el "Poeta", otro al que le creció el "toulon" y es seguido por varios veedores.
Sobre la chapa de Italia, Orellana respondió con más humildad. "La verdad es que me da lo mismo el rival. Yo vine a ser campeón".