Labruna afinará la orquesta con el pianista Domínguez

El festival de errores defensivos del último semana, dejó claro que la última línea de Colo Colo anda más desafinada que el Chacal de la Trompeta.

Por eso Omar Labruna le chicoteó los caracoles a Juan Gutiérrez, para que cerrara sí o sí la contratación de Lucas Domínguez, quien ayer fue presentado en la tienda alba.

El ex tano viene a aportar su experticie en el sector izquierdo de la zaga y a armonizar una orquesta que hasta ahora ha sonado como la mona. No por nada el ruliento estudia desde los 10 años piano y toca cada vez que puede para relajarse e irse en la volá.

Su hobby, incluso, le valió el original apodo de Mozart, que se lo puso Boris Rieloff en una tarde de inspiración.

A Domínguez le gusta la música en serio y en su pendrive dice que anda con una variedad de piezas que van desde el reggaeton hasta sinfonías clásicas, pasando por Sting y Bruno Mars.

La lista de reproducción creció harto durante los últimos seis meses en que Audax Italiano lo tuvo cortado, aunque según aclaró, no se puso cortavenas. “Hay algunos que se deprimen por no jugar. Yo me lo tomé como una oportunidad para entrenar más y hacer las cosas que me gustan. Ahora, obvio que estoy muy feliz de volver y estoy apto para jugar de inmediato”, dijo ayer en Pedrero.

Consultado por su rol en el necesitado Colo Colo, el pircano se fue piano a piano y aseguró que no se cree la solución a los problemas del equipo. “Yo vengo a ofrecer mi profesionalismo, lo que yo sé hacer para aportar a mis compañeros”.

A su favor, agregó, tiene el conocimiento de la partitura de “Don Omar”. “No tengo mucho tiempo de adaptación, pero ya conozco a Omar, su metodología, su forma de entrenar. Además he compartido con varios compañeros de Audax - Rieloff, Vilches, Olivi- y la Selección. Eso también suma”, contó.

Y como en Pedrero sienten que no hay tiempo que perder, apenas terminó la presentación Domínguez se unió a la práctica vespertina con sus compañeros, entre los que sólo Mathías Vidangossy le hace también al piano y va a poder hacer duetos con el hachero. Del resto no puede esperar mucho: son como enfermos pa’ la cumbia.

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