La tarde del martes, la kinesióloga Cecilia López, de 32 años, estaba descansando de un resfrío en el segundo piso de la casa que comparte con su hermana Carolina, en la calle Luis Thayer Ojeda, de Providencia, cuando escuchó un ruido en la planta baja y pensó que su pariente había llegado.
"Sentí un ruido abajo y después sentí que había ruido en el segundo piso, donde estaba yo, pero tampoco le di importancia y llamé a mi hermana por su nombre y no contestó. Ahí se debe haber alertado el ladrón, yo abrí mi puerta, no había nadie, bajé, me dirigí a la cocina y descubrí que entró por la ventana chica de una pieza de servicio", contó.
El ladrón asustado arrancó con lo primero tenía a su alcance y resultaron ser las llaves de un auto que no se llevó y el ánfora con las cenizas de la mamá de las dueñas de casa.
Sara Cecilia Irene Villanueva Alvear murió a los 68 años, era asistente social de Carabineros y la idea de sus hijas era esparcir sus cenizas en Arica, la ciudad en donde conoció a su marido y nacieron las niñas.
Cecilia nos contó que el robó "fue como perderla por segunda vez, imagínate vivir un proceso donde tu mama se está deteriorando de una enfermedad neurodegenerativa de algunos años, que ya no es la misma persona, después fallece, la pierdes, vives el duelo de la enfermedad y la pérdida y después nos roban sus restos".
Las hijas de Sara, junto con lamentar el robo, de inmediato se pusieron en acción y a través de las redes sociales llegaron a los medios de comunicación y su dramático caso se hizo ampliamente conocido.
En la mañana de ayer nos comunicamos con Cecilia y declaró que "hacemos un llamado a que cualquier persona que la tenga o que sepa de la ánfora, que no tiene ningún valor porque es de madera y no es un joyero lleno de riquezas, que la haga llegar a algún lado, a las autoridades o a una comisaría".
Afortunadamente ocurrió eso, porque a las tres de la tarde las hermanas recibieron un llamado de la 51ª Comisaría de Pedro Aguirre Cerda con un mensaje que les devolvió el alma al cuerpo:¡había aparecido su mamá!
El suboficial mayor, Jorge Uribe, caminaba rumbo al cuartel y a dos cuadras, junto a un kiosco, le llamó la atención una bolsa, se acercó y adentro estaba el ánfora de doña Sara.
"Estoy muy feliz, emocionada y agradecida de las personas y medios de comunicación que nos ayudaron a encontrar a mi mamá, también lo estoy de la persona que se la llevó y tuvo la consideración de devolverla en buen estado", dijo Cecilia.