Las nulas precipitaciones hacen insostenible la mantención del embalse, el cual abastece de agua potable a Valparaíso. Similar situación se vive en la Laguna Torca, en Vichuquén, donde ya se puede caminar por el "fondo".
Desolador es el panorama que deja a su paso la sequía, y que Chile vive desde hace ya 13 años. Bien lo sabe el personal de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) en Valparaíso, los que han debido cruzarse de brazos y contemplar cómo el Lago Peñuelas se seca sin piedad.
"Tenemos una situación bastante crítica en la Reserva Nacional Lago Peñuelas y en la zona central, en general. Particularmente el embalse tiene un espejo de agua de solo un 5% de su capacidad total, lo que corresponde a 90 hectáreas de dicho espejo, mientras que su capacidad máxima ha sido de 1.650 hectáreas", señaló Javiera Meza a La Cuarta, jefa del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de Conaf.
El lago debe sus aguas exclusivamente a las lluvias caídas, por lo que debido a la falta de estas mismas su déficit es crítico. Las pocas gotas caídas son absorbidas por la tierra, de ahí la razón de la notoria aridez, dejando una profundidad en el agua de solo 45 centímetros.
"La conservación de la flora nativa es relevante, ya que retiene la neblina costera que finalmente decanta en el lago", agregó Meza.
Sobre si se podría secar de acá a marzo, la jefa del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de Conaf afirmó que "es una probabilidad debido a las altas temperaturas y que provocan evaporización del agua. En otros episodios de sequía el lago llegó a tener solo 5 hectáreas de superficie.
Sequía en otros lagos
Misma situación se vive en la Laguna Torca, en la comuna de Vichuquén. "La situación es dramática, ya que afecta de forma grave los diversos ecosistemas presentes en la zona", explicó Patricio González, agroclimatólogo y profesor de la Universidad de Talca.
El daño irreparable de los eucaliptos. Además de la falta de lluvias, otro factor que ha jugado en contra del lago es la presencia de eucaliptos, cuya plantación fue introducida hace varias décadas, absorbiendo muchísimo más agua que otras especies.
"Son verdaderas bombas de agua, ya que consumen la poca agua que existe y luego la transpira. Personalmente creo que falta mucho estudio sobre napas subterráneas, y que podrían ser la solución a la sequía actual. Además el contacto de los eucaliptos con las napas hacen que aumente la salinidad del agua subterránea", explicó Christian Herrera, geólogo y doctor en hidrogeología de la Universidad Bernardo O'Higgins.
"Cuando comenzó la sequía se advirtió sobre el daño y que una estrategia de mitigación y adaptación para combatirla tardaría en desarrollarse 20 años, como planes de desalinización, carretera hídrica o un fortalecimiento al código de aguas. Sin embargo poco se hizo y ahora estamos en una fase donde se combate con decretos de emergencia y medidas paliativas", indicó el agroclimatólogo Patricio González.