Su teléfono fue intervenido, se ha entrevistado a las mujeres que pagó para silenciar y se le han solicitado documentos tras las acusaciones que salieron a la luz desde 2022 y que forzaron la venta de la WWE y terminaron con su renuncia total.
Las autoridades federales de Estados Unidos han estado investigando durante más de un año las acusaciones de abuso y tráfico sexual en contra de Vince McMahon, exdueño de la WWE.
The Wall Street Journal dio cuenta de la información, explicando que sus fuentes apuntan a que la Fiscalía de Nueva York ya ha estado en contacto con múltiples mujeres que acusaron a McMahon de conducta sexual inapropiada.
La situación se da a conocer luego de que el magnate renunciase la semana pasado a su puesto directivo en TKO, el conglomerado que se conformó entre la UFC y la WWE, luego de que esta última fuese adquirida por la empresa Endeavor. Dicha salida fue forzada por una demanda de Janel Grant, una exempleada que acusó a Vince MCMahon de abuso sexual, conductas sexuales inapropiadas - que incluyeron defecación - y forzarla a tener relaciones con otras personas de la WWE.
Al mismo tiempo, tras su reciente salida de TKO, el multimillonario negó la acusación de Grant y dijo que la investigación federal no encontrará irregularidades. Se refirió a una declaración de la semana pasada: “Tengo la intención de defenderme enérgicamente contra estas acusaciones infundadas y espero limpiar mi nombre”, dijo.
La investigación contra “Mr. McMahon”
A mediados de 2023, el teléfono de Vince McMahon fue intervenido. Agentes federales ejecutaron dicha orden de registro y, además, entregaron una citación judicial para que el empresario de lucha libre presentase documentos relacionados con cualquier acusación de “violación, tráfico sexual, agresión sexual, transacción sexual comercial, acoso o discriminación” contra empleados actuales o anteriores de la WWE.
El descalabro del dominio de McMahon sobre su imperio comenzó a tambalear a partir del año 2022. En aquel momento The Wall Street Journal informó que el magnate pagó para silenciar a al menos cinco mujeres, incluida Grant, que lo acusaron de conducta sexual inapropiada. Dicha situación forzó su salida momentánea, dando pie a que su hija Stephanie McMahon tomase el puesto directivo mayor, pero con el tiempo forzó su reingreso al tener control de la compañía, asegurando que el objetivo era vender la WWE. Su hija, a partir de ahí, se desligó por completo.
En todo ese escenario, los fiscales han investigados los pagos que realizó McMahon e inclusive ya han logrado entrevistar a algunas de las mujeres como parte de la investigación que sigue en curso.
Por ahora, la WWE que pertenece al conglomerado TKO ha borrado las huellas de McMahon de la programación. “Es muy interesante y no me sorprende y no creo que nadie debería estarlo, cuando comparas y contrastas la primera vez que Vince renunció y esta vez. La primera vez que Vince renunció, construyeron el show en torno a él, hicieron que Stephanie saliera, el gran adiós, todo”, dijo recientemente el especialista Dave Meltzer.
“Este tipo ha sido borrado. Paul Levesque ni siquiera mencionó su nombre en la conferencia de prensa de Royal Rumble. En el show del viernes de SmackDown, nadie mencionó su nombre. No creo que nadie vuelva a mencionar su nombre en ningún programa, tal vez nunca más. Al menos no en el futuro previsible. Por todas las buenas razones para este punto porque no veo el sentido de mencionar su nombre”, recalcó.
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