Las hazañas extremas del alcalde de Juan Fernández

Estaba extenuado. Los brazos le pesaban como anclas y apenas podía respirar. Era la mañana del 9 de noviembre de 2012 y Felipe Parada había acabado la locura de su vida: navegar a remo y vela en un bote de madera desde la isla Robinson Crusoe hasta Valparaíso.

La travesía duró 6 días. Recorrió con la lengua afuera 350 millas náuticas en memoria del viaje que hace 90 años, en 1922, hicieron dos pescadores con más agallas que una vidriola. “Manuel Chamorro y Juan Celedón, tras siete días a la deriva, llegaron a Valpo. Fue una verdadera odisea”, precisa.

Pipe remó junto a otros tres isleños que se fortalecen en el mar y con enjundiosos causeos de langosta. Lo único que lo diferencia de sus compañeros es que al lograr la hazaña él recién había sido electo alcalde del archipiélago, tras un período de concejal."Fue un proyecto que planeamos durante mucho tiempo y tuve que cumplirlo. Fue maravilloso", explica.

Tira pinta

A más de un año de la proeza nos juntamos con Felipe en la “isla bonita”. Tiene 28 años, está soltero y es padre de dos hijos. Costó pillarlo arriba de su cuatrimoto: pasa sus días evaluando y ejecutando proyectos, chachareando con su coterráneos, solucionando dramas o practicando uno de los varios deportes extremos que le apasionan.

Cache: bucea a puro pulmón en las profundidades (ha bajado hasta 35 metros) de la costa isleña, donde aprovecha de recolectar erizos y pulpos; es un ducho cazador de los chivos salvajes que hace décadas introdujeron en la isla; escala los indómitos y empinados cerros del archipiélago y tira pinta como exponente de stand up paddle surf, deporte que consiste en remar parado sobre una tabla. Ah, y también le pega al tiro con arco.

"Desde muy chico practico deportes extremos. Acá en la isla todo se hace caminando, remando o cabalgando. Por eso mantenemos un buen estado físico", cuenta el edil que tiene siete tatuajes en su human body.

Paredes estudió educación física en la Ciudad Jardín, donde también practicó rugby. Y se apura en aclarar que le pega con la de palo cuando juega a la pelota. “Soy malo, lo reconozco”, confiesa.

"Cuesta alternar la pega de alcalde con los deportes. Por ejemplo, para el buceo libre (apnea) requiero estar muy concentrado, con el menor estrés acumulado. Y este trabajo a veces desgasta mucho, porque viajo harto al continente para reunirme con las autoridades y conseguir recursos para la isla", cuenta el alcalde electo con el apoyo de los humanistas.

Apnea en la tina

Pese a las dificultades, ya se planteó un nuevo desafío. Uno más peludo que axila de araña: quiere bajar en apnea 60 metros de profundidad hasta los restos del Dresden, buque alemán hundido en Plena Guerra Mundial frente a la Bahía de Cumberland, en Robinson Crusoe.

El crucero sonó el 14 de marzo de 1915, cuando fue sumergido por su propio capitán para no rendirse ante tres barcos ingleses que los persiguieron durante meses.

"La idea es bajar el 14 de marzo de 2015, a 100 años de su hundimiento. Para eso comenzaré un duro entrenamiento de al menos una hora diaria", explica el edil todoterreno.

Para llegar tiquitaca a la fecha, Paredes ya está fortaleciendo sus músculos con el stad up paddle sur. Luego, con la ayuda de una buceadora libre chilena que vive en Playa de Carmen, México, comenzará su duro entrenamiento entre langostas y peces de colores.

"Este sueño lo tengo en mente desde que tengo 9 años. Sé que llegaré en las mejores condiciones a esa fecha", asegura.

- ¿Desde cuándo practica apnea?

- Desde que nací....

-¡Yaaa poh! ¿La dura?

- En serio. Cuando era chico me metía bajo el agua de la tina y aguantaba la respiración. Es algo que siempre he hecho.

- ¿Y cuál es su récord en minutos bajo el agua sin respirar?

- Cinco minutos con 5 segundos.

-¡Glup! Suerte y mande langostas desde abajo.

Pieza clave en tragedias que azotaron a la zona

Al igual que la gran mayoría de los isleños, Paredes reconoce que no es fácil hablar de las últimas tragedias que azotaron en Juan Fernández. El tsunami y el accidente aéreo estigmatizaron el lugar, y ellos quieren cambiar eso.

Pero no puede escapar de la realidad. Fue protagonista en ambos desastres. Como concejal se volvió pieza clave en el caso tsunami. Él fue quien avisó sobre el maremoto en la isla cuando todo el mundo negaba la existencia del fenómeno.

Y además fue la última persona que vio al CASA 212 dar la vuelta para posicionarse y aterrizar en el aeródromo de la isla, pero fatídicamente el avión desapareció en el mar.

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