Dicen que no hay nada más fuerte que el amor de madre y Julia Valero Valencia lo ha demostrado con creces. Su casa se vino abajo para el terremoto de 2010 en la comuna de Chiguayante y tuvo que vivir largo rato en carpa junto a su familia.
Después de pasarla como el forro, logró salir adelante a punta de empuje y con un solo propósito: torcerle la mano al destino y luchar por el futuro de sus hijos. Gracias al programa Dulce Emprendora de Nestlé, aprovechó la oportunidad y ahora está feliz preparando dulces, tortas y pasteles para cumplir el sueño de tener su propia amasandería para diabéticos.
- Julita, el terremoto echó abajo su casa, pero no sus sueños...
- Lo pasamos súper mal, se nos cayó la casa, tuvimos que dormir en carpa. Después de eso la Universidad del Trabajador, Infocap, me regaló una mediagua y tuve suerte porque la municipalidad me regaló otra para guardar la gran cantidad de cosas que tenía en mi casa.
- ¿En qué momento se decidió a preparar pasteles y tortas?
- Después del terremoto apareció la gente del programa Dulce Emprendora. Me inscribí y aproveché de aprender todo lo referente a la pastelería.
- ¿Cachaba algo de pastelería?
- Estudié gastronomía en Infocap, pero yo trabajaba como inspectora de un colegio, quedé cesante y por necesidad me dediqué a esto, porque tengo hijos que mantener.
- ¿Ahora prepara dulces especiales para diabéticos?
- Sí. Tengo vecinas que tienen diabetes y vi que harta gente está a dieta y también mucha que se está enfermando, entonces es un campo que no está cubierto todavía.
- ¿Cómo ha sido este cambio en su vida?
- Duro, he tenido que poner harta fuerza para poder salir adelante. Es importante retomar nuestras vidas porque tengo hijos a mi cargo y no me puedo echar a morir. Siempre hay que despertar y darle la pelea a la vida, las madres debemos luchar por nuestros hijos.
- Y parece que ahora la vida le está sonriendo...
- Me ha ido súper bien y sueño con tener mi pastelería pronto. Hay tiempo para llorar, pararse y luchar por los hijos. Las mujeres podemos reinventarnos una y otra vez, si una no se mueve nunca podremos salir adelante, las cosas no llegan solas.
