Las rabietas que marcaron los pasos de Bielsa en Chile

De pocos amigos, pero buenos. Uraño, como ninguno. Solidario y dado a regalar dinero para el que lo necesite. Genial y loco. Enemigo de las preguntas, especialmente de las obvias, idiotas y llenas de lugares comunes. Y si alguien se atreve a meterse en su vida privada, ufff…

Marcelo Bielsa se va dejando recuerdos de los buenos y también de los malos. Un pasar por Chile que también lo vio muchas veces enojado, y no sólo con los horrores tácticos de sus jugadores, las molestias de los dirigentes, los colegas ratones y las consultas que él, la mayoría de las veces, consideraba imbéciles y fuera de contexto.

Pero jamás se le vio tan molesto como cuando una "inoportuna" foto lo mostró sin dientes y con una barba de tres días que lo hicieron parecer un pordiosero, mientras conducía una práctica en Japón, en 2008.

"Es la prueba más clara de que a ustedes (los periodistas) no les interesa nada de lo que pasa en el entrenamiento", lanzó públicamente el entrenador, esa vez ya con la placa bien pegada con Corega. Incluso, fue más allá y acusó al periodismo de "obstaculizar la comunicación con la gente".

Y la historia continuó, porque el accidente del Loco siguió en el tapete con la opinión de algunos expertos de la dentadura, que le recomendaron invertir en un implante de titanio. Al final, el hecho significó que la coraza del DT se hiciera aún más de acero.

Si algo enfurece a Bielsa es que lo sigan en sus momentos de esparcimiento, que son bien pocos. Amigo de conocer su entorno y aprender lo más que pueda de las culturas, no fue raro verlo enfrascarse en discusiones unilaterales con los reporteros.

A uno, incluso, lo conminó a no perseguirlo nunca más en auto, porque "o quiere que me pase lo mismo que a Lady Di", dijo textual.

De hecho, un simple paseíto en bicicleta por Juan Pinto Durán, en 2007, terminó con un sermón de aquellos: "Se accede a una parte de mí que tengo derecho a conservar". Y lo mismo cuando trascendió una broma que le hizo a Alexis Sánchez, ocasión en la que se preguntó con ironía "¿a mí me gustaría hacerle una broma a Sánchez sobre un aspecto de su vida personal sabiendo que eso va a salir publicado? No".

Lo de Pinto Durán, en todo caso, fue nada cuando lo volvieron a grabar arriba de una bici, en Graz, Austria, pues consideró que se ponía en riesgo su vida y la de los que escoltaban. El que sacó la peor parte fue el comentarista de TVN Pedro Carcuro, a quien luego de subirle el ego por su profesionalismo y "notas magníficas", lo basureó al decirle que le extrañaba que el colorín fuera también uno de los que lo seguía. Es que el día estaba re flojo.

Otro suceso que le disgustó fue cuando se hizo una comparación de su físico, desde el momento que pisó suelo chileno hasta fines de 2008. Y vaya que se le abultó el abdomen. Algo así como un Bielsa con corticoides.

Entre las conclusiones sobre su gordura estaban el estrés, ansiedad y su amor extremo por los chocolates, los que compra cada vez que sale a darse una vuelta. "Es lo único que logra tapar la gordura", dijo con el tiempo, aprovechando que le consultaban por qué usa buzo y evita el terno.

Al final, malos recuerdos que, en ningún caso, se igualan al sinsabor de haber visto cómo finalizaba su ciclo en un país que lo idolatra.

LAS CHARLAS DE LA DISCORDIA Y OTRAS YERBAS

Todo lo que no habló en conferencias de prensa, sí lo hizo en sus charlas a lo largo de todo el país, específicamente en universidades. Y como no se hacía distingo a la hora de ingresar a ellas, en varias terminó lamentando la presencia de periodistas.

Y como trascendieron sus pensamientos, él mismo se encargó de poner todo en orden, en su desopilante estilo. Por ejemplo, cuando una vez dijo que la selección actual no tenía la categoría de la de fines de los 90, precisó que se refería sólo al caso de Marcelo Salas e Iván Zamorano.

De hecho, en más de una ocasión aseguró que la prensa lo sacó de contexto y, tácitamente, se quejó amargamente que lo único que se lograba con eso era enfrentarlo a sus jugadores.

Con los dirigentes de clubes, caso aparte. Las pataletas de los directivos cada vez que le nominaban futbolistas en fechas ajenas a la FIFA, terminaron casi siempre afectando a los propios jugadores, quienes fuera en el lugar que fuese tuvieron que agarrar maletas y regresar cabeza gacha por las determinaciones de Bielsa.

¿La última? Cuatro integrantes de la "U" fueron regresados a sus clubes cuando ya estaban instalados en Emiratos Árabes.

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