Claudio Martínez entró a la historia como el director de Gendarmería durante el "Escape del siglo" y fue el encargado de informarle al "Mamo" Contreras que debía ingresar a la cárcel. Acá relata cómo tuvo hasta resguardo policial.
El 30 de diciembre de 1996, Claudio Martínez, arquitecto y en ese entonces director de Gendarmería, se enteró por una radio del cinematográfico escape de cuatro frentistas encerrados en la Cárcel de Alta Seguridad.
"Llevaban muchos meses de silencio, pero jamás imaginamos que iba a ocurrir esto por vía aérea, siempre pensamos que ocurriría a nivel de suelo, había una alerta respecto de un método que se llamaba 'La Mexicana', donde estrellaban un auto con explosivos y se hacía un forado, pero nadie imaginó esta fuga. Estaban todos en shock", afirmó.
El increíble escape lo llevó a presentar su renuncia como director de Gendarmería, que fue aceptada, y terminar con un trabajo que lo dejó en la historia de Chile, sobre todo porque fue él quien estuvo cuando se abrió el penal de Punta Peuco.
-¿Qué significa para usted Punta Peuco?
Significó ser el protagonista de un momento histórico de lo que fue la transición a la democracia.
-¿Qué recuerdos tiene de ese penal?
Al comienzo era un recinto carcelario, que tenía que albergar al número 1 y 2 de la Dina, pero Punta Peuco aparece posteriormente. Se buscaron varios lugares, incluso el nombre se lo puse yo, porque había un cerro ahí que se llama así.
-¿Qué momento fue el más difícil que le tocó vivir?
Cuando le dije a (Manuel) Contreras (primer director de la DINA) que estaba preso. El ministro Bañados me pide que vaya a Talcahuano y estando en la base naval, el almirante me pide que yo se lo comunique. Cuando me lo piden, me doy cuenta que entré al túnel de la historia, porque comunicarle personalmente a Contreras que estaba preso y que empezaba a cumplir su condena era algo muy importante para la época.
-¿Cómo era Contreras?
Era un hombre muy frío. Cuando le dije que estaba detenido, tomó una posición de aparente indiferencia, no denotaba ninguna emoción muy marcada, y creo que él era así, un hombre impenetrable.
-En esa época, ¿recibió amenazas?
Sí, muchas, permanentes. Hay una súper concreta, el día que se comunica que Contreras será trasladado a Punta Peuco, amenazaron a mi madre y le dicen "vamos a matar al hijo de puta de tu hijo". Fue el momento más duro para mí, porque metieron a mi familia, es una cosa muy cruel, de parte de estos grupos ex DINA, pienso que ellos fueron, querían entregar un mensaje. Mi familia tuvo custodia por varios días por ese hecho.
-El primer preso en Punta Peuco fue Pedro Espinoza, ¿cómo recuerda ese día?
Fue un momento súper tenso. Eso quedó registrado en mi presión arterial, yo me estaba tomando un holter, y mi examen salió totalmente alterado, fue tremendo el estrés de ese día, no hubo coordinación, nos enteramos por la prensa que llegaba.
-Siempre se ha dicho que esa es una cárcel de elite, ¿cuál es su opinión al respecto?
El primer boceto de esa cárcel lo hice yo. La cárcel tiene las piezas de tamaño normal, con baños individuales como la cárcel de alta seguridad, la cárcel nunca ha sido un hotel cinco estrellas. En este caso lo que consagra los privilegios es el régimen de visitas, si pueden tener o no televisión, etcétera.
-¿Cree que se debería cerrar Punta Peuco?
Creo que hoy en día, no sé si deberían cerrarlo, porque es una cárcel que puede cumplir otras funciones. Pero creo que debería transformarse en una cárcel común y corriente. También he planteado que debería transformarse en un museo, que se pueda visitar, que la gente vea donde cumplieron condena en Chile los violadores de los derechos humanos.