Legendario "dealer" de Spiniak estuvo a horas de ser enterrado en la fosa común

Santiago Pavlovic develó el secreto: El proveedor de drogas de Claudio Spiniak; el reo por asaltos reiterados que obtuvo el indulto presidencial gracias a la gestión de la novelista Matilde Ladrón de Guevara; el delincuente que, dice la leyenda, estuvo a punto de ser fusilado por traidor a la patria luego que intentó vender correspondencia confidencial que revelaba archivos confidenciales de la Guerra del Pacífico; el mismo homosexual que, se dijo, desapareció misteriosamente a fines del 2006 del escenario más refinado del hampa nacional, no estaba gozando de la vida loca en Europa, sino que muerto en una fría bóveda de la morgue de Valparaíso.

Patricio Egaña Salinas falleció en diciembre del 2006 y desde entonces se encontraba congelado a 4 grados bajo cero, en una de las cámaras frigoríficas del Servicio Médico Legal (SML) de Valparaíso, a la espera que alguien lo reclamara.

El olvido duró casi dos años, hasta que ayer una persona que vio la nota de Pavlovic la noche del lunes en TVN y que se identificó como un familiar directo de Egaña, llamó al SML porteño y comunicó que se haría cargo de los restos.

MISTERIO

El último capítulo de la azarosa vida de Egaña se inició a las 11.56 horas del sábado 16 de diciembre del 2006, cuando entre los roqueríos del sector de La Puntilla, en Quintero, apareció flotando el cuerpo de un N.N. Los restos no tenían signos de putrefacción, por lo que la policía calificó el deceso como reciente.

El caso quedó a cargo de la fiscal Karen Clark y de la Brigada de Investigación Criminal de Quillota. La inscripción de la defunción la hizo el fiscal Juan Emilio Gatica Simpson.

Según los registros del SML, el cadáver de Patricio Egaña ingresó el mismo 16 de diciembre a la morgue de Quillota. Fue trasladado a Valparaíso, donde la médico forense Alejandra Moreira realizó la autopsia.

La Cuarta tuvo acceso a ese informe, que da cuenta que la causa de la muerte es una fractura encéfalo craneana producto de un golpe. Al parecer Egaña cayó a los roqueríos, se fracturó el cráneo e, inconsciente, fue arrastrado por la marea.

LA FIRME

Los restos del "dealer" de Spiniak fueron identificados por sus huellas digitales. El porqué de tan larga espera se lo explicó al diario pop el director (S) del SML porteño, Marco Díaz.

"No es nuestra política quedarnos tanto tiempo con los cuerpos, por un problema de espacio. Nos complica mucho su almacenamiento y mantención, por lo cual esperamos un tiempo prudencial. Cuando identificamos los cuerpos y no se los retira, le enviamos un oficio al fiscal para que éste determine la sepultación", explicó el químico Díaz.

Eso fue lo que sucedió en este caso. Incluso el pasado 11 de agosto, cuando el SML de Valpo estuvo en paro, se determinó inhumar a Egaña sin que ninguno de sus cercanos supiese. Sólo el arreglo del conflicto laboral impidió que así ocurriera y que terminara en la fosa común. "Hoy (ayer) llamó un familiar para anunciar que estaba en condiciones de retirar el cuerpo", indicó Díaz.

TRAVESTI ZULIANA CREE QUE LO ASESINARON...

La dirigente transgénero de Valparaíso Zuliana Araya dice estar muy afectada por el fin de Patricio Egaña. En las últimas horas ha hecho una serie de diligencias para saber qué se hará con sus restos.

"Yo lo conocí hace más de 20 años, cuando trabajé en Santiago. Cuando los travestis caíamos detenidas por ofensas graves a la moral, él nos pagaba la multa de una U.T.M.. Pato era homosexual. Creo que por eso lo mataron. Creo que existe una intervención de terceros en su muerte, y eso hay que investigarlo", sostiene Zuliana.

Araya dice no saber si Egaña era consumidor de cocaína. "Él estuvo conmigo el año en que falleció, me visitó en la ramada transgénero, fue a mi casa. Compartimos harto", recuerda.

"Su familia es homofóbica. La hermana era la única que lo apoyaba y lo visitaba en la cárcel. La última vez que hablamos me contó que tenía pareja y estaba haciendo los papeles para irse al extranjero. Yo pensé que se había ido. Cuando me avisaron que había muerto, casi me da un soponcio", dice la dirigenta.

F. Bonifaz/M. Vega

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