Oftalmólogo chileno Edgardo Carreño es el primer especialista en Latinoamérica que cuenta con esta revolucionaria tecnología, que además de ayudar a los pacientes de más edad, también es recomendable para los jóvenes que no quieren usar anteojos.
La extracción de las cataratas es, en la actualidad, uno de los procedimientos quirúrgicos más seguros, rápidos y efectivos, siendo la facoemusificación la técnica quirúrigica más popular entre los oftalmólogos.
Su resultado depende directamente del buen pulso y la capacidad quirúrgica del cirujano, y de la tecnología empleada en el procedimiento. Consiste en efectuar, bajo anestesia local, una pequeña incisión en el ojo para insertar una aguja de titanio, que en base a ondas de ultrasonido, consigue fragmentar y remover el cristalino opaco.
Una vez extraída la catarata, y por la misma incisión quirúrgica, se coloca un lente intraocular (LIO) que permite remplazar al cristalino con una rápida recuperación visual.
Edgardo Carreño, oftalmólogo del Centro Oftalmológico Carreño (www.carrenovision.cl), es el profesional responsable de implantar el primer lente intraocular Clareon en toda Latinoamérica para pacientes con cataratas.
El experto comenta que "siempre es importante para un cirujano estar en lugares de avanzada en cuanto a nuevas tecnologías se refiere. Es por esto que es especialmente gratificante el tener la posibilidad de ser el primer cirujano en implantar este nuevo lente, siempre pensando en el beneficio de nuestros pacientes".
Ventajas
Los avances más recientes con el lente intraocular multifocal han sido tan significativos, que pueden permitir al paciente ver bien a toda distancia, sin la necesidad de lentes bifocales o antejos para lectura. "Esta visión es permanente, es decir, dura para toda la vida del paciente, siempre y cuando la retina se mantenga sana", aclara Carreño.
Los lentes monofocales también tienen la ventaja de que pueden corregir el defecto visual de lejos completamente, incluso para un rango más alto de astigmatismos, logrando que el paciente quede sin lentes ópticos para la visión de lejos, mejorando levemente la visión intermedia, pero requiriendo de lentes para la lectura.
Público objetivo
Según detalla el oculista Edgardo Carreño, preferentemente se operan pacientes con opacidades en el cristalino, es decir, con cataratas, para que el paciente logre evidenciar una mejoría notable en su calidad visual.
A su vez, un gran número de pacientes más jóvenes que no quieren utilizar lentes y que no desean esperar hasta la aparición de cataratas (que ocurre entre los 60 y 80 años), son beneficiados con la opción del implante intraocular, pues consiguen una alta independencia de sus lentes, que muchas veces utilizan tanto para lejos como para cerca, disminuyendo considerablemente la calidad de vida.
Para definir la existencia y su posterior tratamiento, se solicitará al paciente una serie de exámenes oftalmológicos, entre ellos la Ecobiometría (necesaria para el cálculo del lente intraocular), entre otros que son requeridos para conocer las características oculares del paciente.
Por otra parte, y mediante estos exámenes, se determinará si el paciente es apto para la cirugía y si es candidato para optar a un lente intraocular monofocal o multifocal. "La necesidad de cirugía depende en gran parte del paciente, siendo considerada para la toma de la decisión la calidad visual del mismo, ya no es necesario, como en la antigüedad, que la catarata sea muy densa para su extracción", agrega la tecnóloga médica, Belén López.