Ariel Ceballos Villanueva, ex integrante de Los Carepelota, una de las bandas más brígidas dedicadas al narcotráfico en nuestro país, es uno de los 1.980 reos que aprovechó el ofertón de libertades condicionales que se mandó la Justicia este 2016.
Este es un trámite administrativo al que postulan los presos que han cumplido la mitad de su pena, o tres cuartos de ella, y que habría pasado sin pena ni gloria si no hubiera sido porque en esta pasada calificaron para obtener el beneficio casi todos los que postularon, aseguró el senador y presidente RN Alberto Espina.
¿Lo peor? El honorable alega que quedaron libreta peligrosos homicidas, violadores, narcotraficantes y una amplia gama de los más cuáticos patos malos.
Entre ellos el Chico Ariel, que distribuía droga en la zona sur de la capital y que fue laceado junto a los otros 17 Carepelotas en el 2006, según confirmaron Gendarmería y el Ministerio de Justicia.
En el 2007 la banda sumó 170 años de condena en uno de los más bullados juicios por narcotráfico y que hasta tuvo amenazado de muerte al fiscal de la causa de la época, Alejandro Peña.
“Es increíble lo que está pasando, este famoso Chico Ariel tenía una condena por 13 años y cumplía su pena en el 2019, pero igual que otros violentos asesinos y delincuentes quedó libre, sin explicación” pataleó el senador integrante de la comisión de Constitución, Legislación y Justicia.
Agregó que entiende que la gente esté sicoseada. “Imagina la víctima de un delito violento que logró justicia con el presidio de quien le causó mal... está aterrada porque ahora éste puede llegar a su casa en cualquier momento a cobrar revancha y los jueces que los dejaron en libertad ni se molestan en dar explicaciones”, señaló.
Espina recordó también el caso del un doble homicida en Villa Alemana, que fue liberado en esta vuelta y que en el 2005 asesinó a su ex pareja y a su hijo de 9 años porque no había obtenido beneficios de la venta de una casa, en enero del 2005.
Hugo Bustamante Pérez, hoy de 61 años, metió a sus víctimas en un tambor y los enterró en el patio de una casa. “Este personaje y la mayor parte de los otros liberados no han sido rehabilitados, porque en Chile eso casi no existe. No hay plata para nada, un botón de muestra es el hacinamiento de las cárceles y los 800 cupos para reinserción laboral para 20.000 presos que podrían ser candidatos”, un chiste, explicó el parlamentario.
REINSERCIÓN
La directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Lorena Fries, llamó a poner las cosas en su justa medida y que los atados que creó este año el otorgamiento del beneficio “no puede transformarse en un cuestionamiento a la libertad condicional misma”, dijo Lorena Fries.
Agregó que es una medida que existe en Chilito desde 1925 y que es una forma de favorecer la reinserción social de las personas privadas de libertad.