Líderes pingüinos aletean por diferentes caminos

Parece como si hubiera sido ayer. Pero no, señores. Una década ha pasado desde que los secundarios salieron a las calles del país y libraron la mayor protesta estudiantil de la que se tenga memoria en Chile.

El movimiento fue conocido a nivel mundial como la Revolución Pingüina y en todos los rincones del planeta destacó el nivel de organización de los escolares, quienes paralizaron el país y obligaron a la Presi Michelle Bachelet a hablar en cadena nacional, para dar solución a una serie de demandas.

En esos agitados días de abril, mayo y junio, los estudiantes eran representados por una pareja de enamorados, un gordito buena tela, un perico con expansión en la oreja y una morena revolucionaria que no se achicaba ante nadie. Todos ellos emprendieron diferentes rumbos y, como diría el poeta Arjona, actualmente le ponen vida a los años.

Para cachar cuáles son sus realidades, La Cuarta se juntó con los ex dirigentes del movimiento estudiantil César Valenzuela, Karina Delfino, Julio Isamit y Maxi Mellado a tomar un vituperio en el Hotel Sommelier y los ágiles del Restobar Zazón regalonearon a todo ritmo a los cabros mientras sacaban a colación sabrosas anécdotas de aquellos días.

“En esos meses dormíamos poco, con suerte tres o cuatro horas, porque partíamos a primera hora con entrevistas, reuniones y pasada la medianoche nos íbamos a dormir”, recuerda Karina Delfino bajo la atenta mirada de César Valenzuela, su guatero con uñas.

“Tenemos una muy linda amistad de hace diez años”, sopló el ex presi del centro de alumnos del Colegio Confederación Suiza. Sin embargo, la chiquilla sacó el uslero y explicó que llevan más tiempo, pues el romance surgió un año antes de la Revolución Pingüina. ¡Pillines!

Pero Valenzuela y Delfino no fueron los únicos enamorados, pues Maxi Mellado tenía por las nubes los niveles de testosterona y parecía veleta loca en las tomas, según recordaron los cabros. ¿El más conocido? El ex chico reality llegó a la realeza de los pokemones al tener un ponceo con “Arenita”, la reina de dicha tribu urbana. “Iban juntos a las asambleas”, sapeó Julio Isamit. ¡Uyy!

Pero esa vida de latín lover quedó en el pasado y ahora es un hombre de familia, quien jura que el movimiento tuvo el acierto de “instalar los temas de educación en la agenda pública, como un tema país”.

Respecto a los cambios que han tenido las manifestaciones estudiantiles en los últimos diez años, Julio Isamit, jineteado del Instituto Nacional, sostuvo que en el 2006 “nos preocupábamos que las tomas fueran actividades culturales, existieran eventos deportivos, lo que hoy se ha perdido”. Pero lo que no cambia a su perspectiva es que “sigue existiendo una educación para pobres y otra para ricos”.

¿Y la “Jechu”?

María Jesús Sanhueza se las emplumó a Europa a continuar sus estudios en Alemania y Austria (ver recuadro). Sin embargo, su cucharón permanece en Chile y está pendiente de todo lo que ocurre en esta fotocopia feliz del Edén.

Respecto al movimiento del 2006, la “Jechu” tiene clara la película: “fue un cambio totalmente revolucionario, porque íbamos en una dirección que no tienen la mayoría de los países, que están proponiendo un sistema privado y nosotros buscábamos volver al sistema público”.

Además, concluye estar “orgullosa de haber crecido en una generación que fue parte de movimientos sociales y no de las típicas personas que se pasan el fin de semana al mall”, lo que fue aplaudido de pie por sus yuntas de vocería.

César Valenzuela sigue macabeo

El ex presi del centro de alumnos del Liceo Confederación Suiza estuvo a la cabeza de la Revolución Pingüina en el año 2006, donde destacó por su relación con Karina Delfino y corte de “príncipe”.

Al salir de cuarto medio, César Valenzuela estudió un año ciencias políticas y después se cambió a derecho en la Universidad Alberto Hurtado, donde sacó el cartón el año pasado.

En su época universitaria, el cabro le puso güendy a los postres y experimentó un gran cambio en su físico.

Actualmente, le pone el hombro en la Subsecretaría de Prevención del Delito.

Karina Delfino pide primarias en Quinta Normal

La “primera dama” del movimiento estudiantil es concejal por la comuna de Quinta Normal y este año busca dar el salto: quiere pelear la alcaldía.

Sin embargo, ese sueño pende de un hilo. ¿La razón? Para  competir. debe someterse a una primaria y la actual alcaldesa de Quinta Normal, Carmen Gloria Fernández, no quiere ir a la pelea. “Espero que los mismos de siempre no tengan miedo a competir”, mandó a decir.

La pierna suave de César Valenzuela se quemó las pestañas en la Universidad Católica, donde estudió sociología, y actualmente cursa un magíster en la misma casa de estudios.

Maxi Mellado es el único papurri

Tras el fin del movimiento estudiantil y su pololeo con “Arenita”, Maxi Mellado se dedicó a terminar el colegio y, posteriormente, le saltó la liebre para entrar a Pelotón VIP.

En el reality show, el ex pingüino se ganó el odio de Nabih Chadud por la breve relación que tuvo con Kenita Larraín, según se vio en el programa.

Sin embargo, hecho que más lo remeció tras la Revolución Pingüina fue el enterarse a través de Facebook que era taita. “Con mi polola Nicol tenemos a nuestro hijo Lauttaro de tres años y ahora en junio esperamos la llegada de Matilda”, sapeó.

Tras titularse de periodismo en la Universidad Central, el cabro se dedicó a trabajar como empresario del rubro discotequero.

Julio Isamit quemó pestañas y calorías

Tras ponerle punto final a su participación en el movimiento estudiantil, Julio Isamit cambió los “tocomples” por la Constitución y los libros de derecho, carrera que estudió en la Universidad Católica.

Luego de titularse, el cabro le puso color a las ayudantías en su casa de estudios y agarró pituto para hacer clases en la Universidad Autónoma de Chile.

Actualmente, está más flaco, es coordinador general del movimiento Republicanos, publicará el libraco “Educación: Una transformación pendiente” y tiene en mente ir a la pelea por un cupo en la Cámara de Diputados, donde lucharía por el distrito de Santiago.

La “Jechu” se viró a Europa

Nadie olvida a María Jesús Sanhueza. Luego de la Revolución Pingüina, la “Gladys Chica”, como le decían,  fue parte de movimientos sociales y el más recordado es aquella vez en que se tomó un bus del Transantiago.

Luego de finalizar la enseñanza media, la “Jechu” se dio un año sabático, después rindió la PSU, le fue bien- y entró a estudiar derecho a la U de Chile, donde compartió el Código Civil con la Kel. Sin embargo, su futuro no estaba ahí y se cambió de carrera a la Universidad Católica, para, finalmente, irse al Viejo Continente. “Continúo mis estudios en Europa y me divido entre Heilderberg (Alemania) y Viena (Austria)”, sapeó.

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