Linx: la pulsera que acaba con el molesto reflujo

Dispositivo magnético que se instala alrededor del esófago sirve de tapón contra el ácido que se produce en el estómago. Paciente cuenta los milagrosos beneficios que le trajo someterse a esta cirugía.

Es muy parecido a las pulseras que se divierten las niñas y que están formadas por varias esferas unidas a un delgadísimo elástico. Sin embargo, para las personas que sufren reflujo gastroesofágico el dispositivo LINX no es un juego sino una solución eficaz para un problema bastante desagradable.

Tras once años de rotundo éxito en el mundo, aterriza a nuestro país el tratamiento que restablece la función de la válvula del esófago que está alterada y que termina en un abrir y cerrar de boca con esta quemante enfermedad.

En solo una hora de cirugía por vía laparoscópica (por 4 pequeños agujeros en el abdomen), se repara la hernia hiatal si existe y luego se instala el dispositivo magnético, alrededor del esófago que impedirá que el ácido del estómago se devuelva al esófago, disminuyendo o eliminando los síntomas del reflujo.

"Estamos haciendo la primera experiencia en Chile, siendo la primera cirugía hecha por nuestro equipo en Sudámerica. Esperamos que en el corto plazo cada vez más pacientes puedan optar a este tratamiento, ya que los resultados y cambios se sienten al día siguiente de la operación y el paciente ya puede comer normal, eliminando en un gran porcentaje los síntomas", comenta el doctor Matías Sepúlveda, cirujano digestivo y especialista en Cirugía Bariátrica y Metabólica.

Los candidatos

El reflujo tiene varias causas como la obesidad, la hernia hiatal, entre otras. Pero principalmente cuando el esfínter del esófago (una especie de válvula), que debería impedir la devolución del contenido del estómago, no cumple su función.

Es por eso que los pacientes con reflujo, con o sin hernia hiatal, en los que el tratamiento médico con medidas físicas (alimentación, dormir inclinado, etc.) y medicamentos ya no den resultados son candidatos a esta cirugía, pero deberán ser seleccionados a través de exámenes especializados como la manometría esofágica, endoscopía y medición de la acidez esofágica de 24 horas.

El éxito de este procedimiento depende de un buen post operatorio con nutricionistas y con el cirujano por lo menos por tres meses para poder mantener la flexibilidad del dispositivo. La mayoría anda muy bien, mejora su calidad de vida, que es la razón más importante por la que la gente solicita una solución quirúrgica", explica el también socio fundador del Centro Clínico Novamed.

"Fue como nacer de nuevo"

Fresia Mejias Guzmán sufrió de reflujo hace más de 10 años. Durante este tiempo, desde un rico pebre cuchareado hasta un inofensivo vaso de agua le producía acidez de esas teribles, que dan puras ganas de llorar. Como es habitual en todas las personas aquejadas por este malestar, los mejores bálsamos para apagar ese fuego interno que sube y baja desde el estómago a la misma papada, fueron la sal de fruta, una puntita de bicarbonato con limón y azúcar o el infaltable omeprazol.

"Como no logré resultados con esto, opté por descartar ciertos alimentos. Es por eso que dejé de comer palta, huevos, café, chocolate, ají y un sinfín de cosas durante ese tiempo. Incluso como tampoco tuve solución, culpé mucho tiempo a las alergias", cuenta la intrumentista quirúrgico.

Del infierno al cielo

La pesadilla de la señora Fresia Mejías terminó cuando cayó en las manos del cirujano Matías Sepúlveda y su equipo. "Aunque lo sospeché desde un principo, igual que el Chapulín Colorado, luego de varios exámenes confirmé que padecía de reflujo. Por suerte me topé con el doctor Sepúlveda, quien me contó de esta intervención. Fue como nacer de nuevo: cero dolor, puedo dormir tranquila y comer de todo", cuenta aliviada ahora que el sabor amargo en su garganta ya es cosas del pasado.

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