Abogado de la asesina del profesor Nibaldo Villegas aclaró que se solicitó su traslado desde Valpo al Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, por motivos de seguridad. En este penal, cumplen condena María del Pilar "Quintrala" Pérez y también Natalia Guerra, integrante de la secta de Colliguay.
El Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín podría ser el nuevo destino de Johanna Hernández, condenada por el crimen y descuartizamiento del profesor Nibaldo Villegas, ocurrido en agosto de 2018.
Si bien se informó en un primer momento que las amenazas por parte de otras internas del Complejo Penitenciario de Valparaíso, donde actualmente cumple la pena de presidio perpetuo calificado, motivarían el traslado, en conversación con La Cuarta, su abogado Leandro Díaz lo desestima.
"Ella no está amenazada ni nada parecido, sólo que no hay lugar en la región para penas tan altas y claro, cómo es población penal, podría existir algún riesgo en el futuro y a ella sólo podrían aislarla como medida de seguridad", detalla el jurista.
Díaz explicó que la decisión de que Hernández sea enviada a un penal capitalino fue en común acuerdo entre Gendarmería, la propia prisionera y él. "Nos plantearon la idea y decidimos Santiago, por ser más cercano para que la familia pueda visitarla. El traslado ya estaría coordinado a la cárcel de San Joaquín, donde sí hay un módulo especial de connotación", manifestó el defensor.
Compañía del terror. De concretarse el traslado solicitado al Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, que cuenta con un pabellón de vigilancia directa, Johanna Hernández quedaría recluída junto a María del Pilar Pérez, la tristemente recordada "La Quintrala", por los asesinatos de su ex esposo, Francisco Zamorano, la pareja de este, Héctor Arévalo, y Diego Schmidt-Hebbel.
A ellas se suma Natalia Guerra, capturada hace algunos días luego de estar prófuga dos años por el parricidio de su bebé, que fue lanzado al fuego con su consentimiento en la secta de Colliguay, liderada por "Antares de la Luz".
De concretarse, se juntarían tres de las asesinas más connotadas que se han visto en Chile (ver recuadro), y generaría que todos los ojos estén en el Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín.