“Le pegaba para que despertara, pero no despertó”, relató Miguel Oyanedel, quien violó y mató a su sobrina de 7 años.
El domingo 10 de agosto de 2003, hace poco más de 20 años, se comenzaría a escribir sobre uno de los casos más espeluznantes que se recuerden en la comuna de Pozo Almonte, en la Región de Tarapacá.
En aquella triste jornada, Ivania Barraza (7) se aprestaba a “celebrar” el Día del Niño junto a su madre y Mario, su actual pareja, quienes preparaban un almuerzo especial.
Para darle el gusto a la niña, Fresia Castillo le pidió a su hija que fuera a comprar a un almacén cercano: debía traer un paquete de tallarines y otro de salsa, pero nunca regresó.
La desaparición de Ivania
Tras la separación de sus padres, la pequeña vivía junto a su abuela en la localidad de Pica, distante en vehículo a una hora de Pozo Almonte. Ocasionalmente, y sobre todo los fines de semana, Ivania visitaba a su madre.
Si bien la menor conocía el camino hacia el negocio donde, efectivamente, compró los productos, con el correr de las semanas se descubriría que un hombre la interceptó cuando regresaba. Se trataba de Miguel Oyanedel, hermano de la pareja de su madre y quien presentaba supuestas “alteraciones mentales”.
El sujeto aprovechó la confianza que le tenía la niña y la invitó a su casa con la excusa de haber olvidado algo. Asimismo, le prometió que volverían al hogar donde estaba su mamá, ya que él también estaba invitado a la comida familiar.
Oyanedel, de 35 años, trabajaba como peoneta en el servicio de Aseo y Ornato comunal. Anteriormente, había sido despedido como nochero municipal debido a que fue descubierto como el autor de llamadas a número eróticos.
Detenido por supuesta confesión
La búsqueda de Ivania Barraza se extendió por varios días. La noticia que remecía al pueblo no tardó en alcanzar una cobertura nacional.
La angustia se profundizó tras el hallazgo del cuerpo de la menor. El 14 de agosto se encontraron los restos de la niña dentro de un saco, en las inmediaciones del cementerio local.
Mientras se determinaba la causa de muerte y una posible agresión sexual, la Fiscalía y las policías se disponían a indagar todas las aristas posibles (como la supuesta huida de la pequeña). Sin embargo, las entrevistas y testimonio del principal sospechoso terminaron por condenarlo. Miguel Oyanedel habría confesado el delito.
A inicios de septiembre, el fiscal regional, Claudio Roe, confirmó la detención. “Tenemos seguridad de que estamos con el autor del delito de Ivania. Tenemos una declaración de él en la que habría reconocido su participación en el delito”, explicó a la prensa.
Por su parte, Moisés Barraza, el padre de la víctima, pidió que “se aplique el máximo rigor de la ley. Yo siempre mantuve esa parte, desde que llegué acá, de que tenían que buscar alrededor de ahí, porque mi hija no se podría haber ido con un extraño”.
Según consignó Cooperativa, Herminalda Caipa, madre del imputado, salió en su defensa: “Na que ver (sic) con él. Como mi niño es medio enfermo, medio enfermo de la cabeza, todo eso...”.
La aprehensión de Oyanedel generó sorpresa en la comunidad de Pozo Almonte, considerando que el hombre cargó el ataúd de la niña y lloró junto a los suyos.
Relato del crimen
En uno de los testimonio más impactantes de los que se tenga memoria, el propio Oyanedel detalló lo sucedido la tarde el 10 de agosto.
En 2006, Mea Culpa recreó el caso del denominado sicópata de Pozo Almonte y dio a conocer el testimonio real que entregó el asesino a la policía civil.
“Estaba en la casa, mi hermano me mandó a buscar a la niña (al negocio). La encontré, llevé a la niña a la casa, le pegué unas cachetadas y le tapé la boca”, contó.
“No le pegué muy fuerte, pero estaba llorando. Le bajé los pantalones nada más... yo estaba jugando con ella nada más”, agregó, haciendo alusión a situaciones de carácter sexual.
Finalmente, detalló que la pequeña “se quedó dormida cuando le tapé la boca y le pegaba para que despertara, pero no despertó. Salí a la casa demi hermano y le dije que no la encontré”.
“Estaba nervioso, la tenía debajo de mi cama. Eché a la niña dentro de un saco”, concluyó.
En el mismo programa de Carlos Pinto, Oyanedel accedió a una entrevista con el periodista, pero alegó inocencia.
¿Libertad condicional?
En septiembre pasado, la Fundación Amparo y Justicia reveló que Miguel Oyanedel podría acceder al beneficio de libertad condicional.
De acuerdo a lo informado por La Estrella de Iquique, desde la organización confirmaron que se presentó la postulación del asesino a las nóminas de Gendarmería de Chile ante la Comisión de Libertad Condicional de la Región de Arica y Parinacota.
En dicha instancia, sus integrantes deberán decidir durante este mes de octubre si conceden o no el beneficio de libertad condicional al condenado.
El abogado de Amparo y Justicia, Héctor Arancibia, sostuvo que “en representación de los abuelos de la víctima, nuestra Fundación solicitó a la Comisión de Libertad Condicional poder participar en el proceso, con el fin de presentar antecedentes del caso basados principalmente en la peligrosidad del sujeto y del riesgo que significaría su salida al medio libre”.
“Esperamos que con una efectiva implementación de la Ley de Libertad Condicional, próxima a promulgarse, aumenten los requisitos para este tipo de postulaciones, como también se permita que las víctimas puedan participar en el proceso”, sentenció.
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