Los rumores comenzaron en enero, saltaron al sartén al mes siguiente, pero ayer quedó todo prácticamente cocinado: Francisco I será el segundo papa en llegar a Chile.  Y lo hará en 2016. 

La información fue ratificada por el canciller Heraldo Muñoz, quien se pegó una arrancadita hasta el Vaticano, aprovechando su estadía en La Haya, donde se debate la competencia del tribunal internacional respecto a la demanda marítima presentada por Bolivia contra Chile.

Durante su escapadita, Muñoz se reunió con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, con quien chachareó cortito pero canchero acerca de la demanda boli, y sobre lo que será la visita del sumo pontífice al terruño, agendada para el próximo año.

Tal como se comentó en enero, el papa Pancho tiene planeado un viaje a Bolivia para julio de este año, así como una gira por Cuba y Estados Unidos para el mes de septiembre.

Posteriormente, y tal como se vaticinaba, Francisco I realizará una gira sudamericana que contempla Uruguay, Argentina y Chile, lo que lo convertirá en el segundo sumo sacerdote en pisar esta larga y angosta faja de tierra, luego que en abril de 1987 Juan Pablo II se dejara caer por estos lares, dejando a millones de devotos jaguares enfervorizados.

Expectantes

Carmen Grado fue una de las afortunadas chilenas que en 1987 tuvo la oportunidad de compartir con Juan Pablo II durante su visita al país.

La mujer, que bailó, cantó y le regaló un penacho al "papa de la gente", recordó su experiencia y le hizo un llamado a los nuevos afortunados para que disfruten el momento.

"Fue un momento maravilloso. Yo estaba súper nerviosa porque tenía que cantar y bailar frente a mucha gente, pero cuando él apareció los nervios desaparecieron. Él irradiaba paz", recordó la mujer.

Consultada por el momento en que le tocó acercarse al sumo pontífice y darle el engañito, la eva comentó que "fue muy cariñoso, me tomó la mano, me bendijo y me regaló un rosario. Yo le hago un llamado a toda la gente que tendrá la oportunidad de conocer al nuevo papa a que aproveche el momento y lo atesore para siempre".

Otro suertudo que tuvo la oportunidad de conocer al sacerdote en Chilito fue don Edgardo Segovia, quien para ese entonces era seminarista y compartió junto a él una misa.

"Para mí fue una experiencia inolvidable estar cerca del papa. Por eso espero que quienes tengan la oportunidad de conocer a Francisco I durante su visita, entiendan que con el complicado momento que vive la iglesia, lo que más se necesita son testigos que puedan compartir experiencias así de importantes", señaló.