"Lo más difícil es pasar el dinosaurio debajo de los puentes"

Mundo Mágico fue un parque de diversiones ubicado junto al Metro Pajaritos que nació en la década del '80. Ahora sólo quedan escombros, pero quién no se acuerda del Oso Willy y de su amigo Chanchini Tocini... Eso ahora no importa.

Uno de los escultores  responsables de las fieles réplicas de Chile en miniatura fue Jorge Barba, que ahora está a cargo de un trabajo mucho más gigante.

La muni de Conce quedó tan contenta con la escultura que el barbón artista hizo el año pasado del toqui Lautaro, que le encargó su proyecto estrella: Un parque jurásico de tamaño natural.

La réplica del mundo de Pedro Picapiedra se emplazará en la plaza Acevedo y pretende integrar dicho espacio público al Museo de Historia Natural.

COQUETA

Don Barba y su equipo moldearon una réplica exacta de la especie  extinta hace 75 millones de años.

Recrearon una coqueta dinosauria doplidocus de 20 metros, ocho de alto y una tonelada y 700 kilos de peso. Es liviana porque fue construida con resina poliéster, un material resistente al agua y a los cabros chicos que podrán subir arriba del extinto animal.

El principal desafío del equipo de ocho creadores que trabajó casi un año en la obra fue ver cómo llevar el animal a la Región del Biobío. "Lo más difícil es que el dinosaurio pase debajo de los puentes", explicó Barba.

La mole de cuello largo y cabeza chica será separada en caleta de partes antes de ser depositada sobre un camión de cama baja.

Para que la señora no se sienta sola tendrá a su lado tres pequeños de cinco metros de largo, además de huevos de tamaño natural.

VIAJE

En la creación de los animalitos participaron los vecinos del autor que tiene su taller en Quinta Normal. Ellos fueron los encargados de pegar alrededor de 20 mil pelotitas que sirvieron para darle una textura real.

El 15 de septiembre la mamá y sus crías partirán hacia su hogar definitivo y la gracia es que el acceso para los visitantes de la plaza jurásica será gratis.

Los peques de kínder del jardín infantil Rayitos de Sol fueron a despedirse de sus amigos dinosaurios.  Llevaron figuras en plasticina casi idénticas al reptil, un poquito más chicas. Cuando los peques pasaron bajo la escultura que era depositada en el camión, un caballero advirtió que "no se les vaya a caer la cabeza en la cabeza".

Sebastián Foncea M.

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