Lo Pinto lucha para seguir jugando

El club, que compite en la Liga de Lampa, perdió su cancha a manos de una familia que recuperó el terreno que fue donado de palabra hace 70 años. Un total de 800 personas se quedaron sin su principal pasión.

En la cancha de Lo Pinto la pelota dejó de rodar el 21 de febrero. Un litigio hizo que el equipo Unión Lo Pinto perdiera lo que ellos llamaban su cancha.

Todo ocurrió luego de que la familia Undurraga Fernández reclamara en la justicia por ese terreno, lo que tiene con las manos atadas a los más de 800 socios del club.

"Esta cancha fue donada en 1950 a la comunidad por la familia de ellos, es más, el club se llamaba Santa Julia en honor a Julia Bonet, abuela de quienes hoy nos están demandando. En ese tiempo fue todo de palabra, pero desde 1993 regulamos todo con Bienes Nacionales, luego lo hicimos con ANFA bajo un proyecto llamado 'Tu cancha, tu barrio", pero esta gente acabó con todo", cuenta Alejandro Montes, miembro del Unión.

Hoy el terreno está destrozado. Los Undurraga entraron por un terreno contiguo al recinto deportivo, derribaron una reja y araron la cancha, que acumula montículos de tierra de área a área. Según ellos, la usarán para temas agrícolas, pero en Lo Pinto aseguran que será para la construcción de una cancha de polo.

"Acá no hay ninguna controversia, porque hay una resolución firme del tribunal de Colina y lo que ocurrió hace unas semanas fue la ejecución del tema judicial. El Club Lo Pinto resistió la entrada a un recinto que no les pertenece y se procedió al actuar de Carabineros y nuestro como dueños del lugar", explicó Ignacio Ried, abogado de la parte acusada por el equipo y familiar de Bonet.

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Espacio verde. Durante los últimos 70 años, la cancha de Lo Pinto era la única área verde que tenía esta zona que pertenece a Colina, pero según revelaron los socios del club ahora están en zona de nadie.

"Acá siempre nos han mirado en menos, nosotros entregamos ayuda social con el club y la cancha. Esto viene de generación en generación, han pasado miles de personas acá. Le pusimos luminarias, sistema de riego, camarines, banca, todo con nuestro esfuerzo, y ahora, de un día para otro, gente que nunca apareció nos quita lo único que tenemos", añadió Víctor Jiménez, presidente del club.

Ried es duro en su postura y agrega que "todo lo que ha hecho el club es de forma irregular y mentirosa. Existen querellas criminales contra ellos. Ellos le mintieron a Bienes Nacionales, falsificaron papeles, que fue clave para que nadie les encontrara la razón".

Desde el otro lado se defienden. "Acá vienen y nos amenazan como quieren, ellos saben que tenemos regularizado el tema hace años, pero en el juicio hubo varias cosas raras que no se reflejan a la realidad. El Unión Lo Pinto seguirá luchando por su cancha", sostiene Montes.

Según advierte Ried "la regularización no acreditaba a Unión Lo Pinto como dueños del terreno, sólo significa que ellos tenían que estar en el terreno por dos años sin que los propietarios inscritos los demandaran y acá la señora Loreto Undurraga, dueña el lugar, los demandó el 2017. La regularización de ellos es falsa".

"El abogado dice que lucramos con la cancha y eso es mentira. Llevamos acá casi una vida. Siempre ha sido nuestra cancha y verla como está ahora, no se justifica. Nos da pena, hicieron pedazos nuestros sueños, el de los niños, muchos de nosotros hemos dejado todo por el Unión Lo Pinto. No son justas las artimañas que han hecho para quitarnos este lugar. Acá no hay nada raro", cuenta Sergio Cortez, colaborador de la institución, lugar donde participaban escuelas de fútbol, siete categorías amateur y además se hacían beneficios sociales.

El abogado Ried señala que "hace tres semanas se procedió a comenzar con los cultivos agrícolas de esta época, la cancha no es de ellos y si entran estarán invadiendo propiedad privada. El asunto está cerrado, no hay vuelta atrás".

En la dispareja cancha, el Unión Lo Pinto continúa dando batalla para no perder el lugar que vio salir a una infinidad de talentos, algunos de los cuales, están en equipos de Primera A y B del fútbol nacional. La lucha recién está comenzando en el barrio, donde saben que deben jugar de chico a grande esperando que la pelota vuelva a rodar.

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