Vendedores del sector revelan cómo ha sido la vuelta al trabajo a dos meses del fin de la cuarentena. Hablan sobre las decisiones sanitarias que se tomaron, pero patalean que las personas cada día las pescan menos.
El mítico Persa Bío Bío tuvo que cerrar las puertas de sus locales comerciales en marzo pasado debido a la pandemia. Sus dueños, sin la posibilidad de acceder a la Ley de Protección al Empleo por ser independientes, quedaron a la deriva. Hace poco más de dos meses, pudieron volver a trabajar, pero con estrictas medidas que sanitarias.
El persa Multiferia es uno de los recintos que sacó el candado. La mascarilla es ley, y el alcohol gel está presente en cada galpón. No así la toma de temperatura, que se ha ido dejando poco a poco de lado.
"Estaban dando alcohol gel en los galpones, además de tomar la temperatura. Pero ahora he visto en algunos galpones que solamente dan alcohol gel, sin tomar la temperatura de quién entra y sale", asegura Daniela Allende (31), locataria de la mueblería Zabdi Jireh.
Además, la comerciante agrega que con los vendedores ambulantes no se vive lo mismo. "Los vendedores ambulantes solamente están usando la mascarilla, y si es que. No he visto que algún vendedor informal esté ofreciendo alcohol gel ni nada de eso. Creo que una mejor fiscalización sería conveniente, porque nadie ve si la gente está utilizando mascarilla, o si se están tomando las temperaturas correspondientes".
Además, en el Persa Multiferia se tomaron medidas como la reducción de su capacidad, y tiene ahora el 50% de los locales abiertos.
Temor en el persa
La posibilidad de retirar el 10% de los ahorros de la AFP significó un fuerte crecimiento en las ventas. La misma Daniela Allende lo confirmó, señalando que ese fue un momento clave para el alto tráfico.
A pesar de los cuidados que se tienen en los galpones del barrio, algunos clientes no respetan las medidas sanitarias estando en los locales exteriores.
"Acá se llenó harto. Se ve bastante gente, y considero que la implementación de los recursos necesarios para combatir la pandemia no están, porque anda mucha gente sin mascarilla, los que vienen a comprar no se aplican alcohol gel, y eso a uno le da temor por un posible rebrote", expresa.
Para la locataria, la posibilidad de una segunda ola del virus está más latente que nunca. "Siempre está el miedo de un rebrote y el temor de que nos afecte económicamente, por eso tratamos de trabajar e ir ahorrando, y no gastando en cualquier cosa innecesaria", comenta Allende.
Susana Figueroa, locataria de Muebles Felipe, ubicado en el pasillo C del Persa Multiferia, concuerda señalando que "estamos con la incertidumbre, de que el sector se vuelva a cerrar. Por lo mismo no hemos vuelto a habilitar el pago con tarjeta, porque no sabemos si esta cuestión retrocede o no".
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