Estudio reveló que el 50% de los jóvenes entre 10 y 19 años utiliza el celular más de 12 horas diarias. Experta aconseja bajar este alarmante registro, para reconectarse con la familia y su entorno.
Aunque ya enero dice adiós, todavía un montón de jóvenes chilenos de entre 10 y 19 años, sigue disfrutando sus merecidas vacaciones en algún destino de Chile o el mundo.
Y si bien en décadas pasadas las entretenciones más comunes a esa edad eran ver tele, jugar con los amigos una pichanga, pasar el día entero en la piscina o pasear en bicicleta por el barrio, parece que el principal entretenimiento de este grupo hoy en día es uno solo: mirar el celular.
Así al menos lo demostró un estudio realizado por Motorola, que analizó el balance entre la vida personal y el uso del móvil.
De acuerdo al sondeo, el 50% de los adolescentes tiene el celular al alcance de su mano al menos 12 horas diarias y de estos, el 20% revisa su smartphone día y noche.
Un "amigo"
Si bien las investigaciones relacionadas al tema coinciden en que el lolerío tiene el aparato encendido las 24 horas, el estudio apunta a otro gran detalle. "El teléfono no solo está activo, sino que está prácticamente en sus manos todo el tiempo. No está encendido mientras ellos realizan otra actividad: la actividad es el propio celular", explica Roxana Morduchowicz, especialista en cultura juvenil.
Su carácter portátil, posiblemente, genera que el teléfono móvil sea la pantalla que más acompaña a los adolescentes durante el día. En todo el planeta, el celular es la pantalla principal (y en muchos casos la única) en la vida de los jóvenes. Realizan todas sus actividades a partir del teléfono móvil: se comunican con amigos, escuchan música, buscan información de su interés y juegan en línea.
"Las tecnologías han transformado la manera en que ellos aprenden, leen, se informan, se entretienen, miran películas, ven series, escuchan música y se relacionan con los demás", comenta la también consultora de Unesco y autora del libro "Ruidos en la Web".
Por lo mismo, dice la especialista, no sorprende que los niños tengan encendido su celular las 24 horas, o que -como demuestra el estudio- esté al alcance de su mano la mitad del día, situación que se intensifica cuando llegan las vacaciones, período en el que los jóvenes tienen más tiempo libre y, por lo tanto, más horas para navegar en internet desde sus teléfonos inteligentes.
El óptimo balance entre tecnología y la relación familiar
Aunque es complicado que los jóvenes dejen su dispositivo a un lado, lograr el equilibrio entre la vida personal y el uso del móvil resulta fundamental. Un punto de partida es que padres e hijos acuerden el tiempo de su uso. Así, pueden convenir qué momentos estarán libres de pantallas y qué otras actividades realizarán para que la tecnología no ocupe todo el tiempo libre en vacaciones.
Es importante que los padres sepan qué hacen y cómo utilizan sus hijos las tecnologías. "Los padres deben incorporar nuevas preguntas: ¿qué hiciste hoy en internet?, ¿qué páginas web conociste?, ¿con quién te comunicaste?, ¿hubo algo que te gustó o algo que te enojó? Esta es la mejor manera de conocer y compartir el uso que los niños hacen de las tecnologías", concluye Roxana Morduchowicz.