SANTIAGO.- La madrugada del 2 de abril de 1987 estuvo cargada de nerviosismo para la familia Mejías Donoso. La cabeza del clan, Mario, tendría el privilegio de dirigirse al papa Juan Pablo II en su única visita a Chile, tres años antes del retorno a la democracia.
El poblador confiesa a LaCuarta.com que la noche previa al encuentro con el Papa en la población La Bandera la pasaron a la intemperie en el mismo lugar del acto.
"Mi mujer y mis tres hijos más grandecitos (tenía cuatro) aguantamos el frío para que ellos quedaran bien ubicados y me vieran dar mi discurso. El problema es que se me quedó la credencial en la casa y aunque juré y rejuré que era yo quien hablaría con el Papa, no me pescaron y tuve que partir a la casa a buscar el cartoncito".
Pero a esas alturas Mario no sabía que lo más fuerte del cuento estaba por venir. "Me tocó hablar a nombre de los pobladores por la zona oriente. El texto estaba archi chequeado. Tomó un mes elaborarlo. Pero cuando estuve arriba me di cuenta que estaba frente a la gente y al Papa… Era mi única oportunidad de contarle al mundo lo que pasaba".
Sin pudor cuenta que arriba del escenario tiritaba y de pronto sintió calor en la cabeza y se lanzó. "No tenía nada preparado, las palabras salieron y le dije al viajero de la iglesia que en las poblaciones nos estaban matando y que a los vendedores ambulantes los detenían y les quitaban la mercadería. No podía parar".
-¿Qué cara puso el Papax?x
- Me miraba sorprendido, pero no dijo nada. Los que me querían matar eran los otros jerarcas de la Iglesia. Me dijeon que ese numerito no me lo mandaba en ninguna parte del mundo. Se enojaron mucho.
- Oiga perdone la indiscreción, pero usted es comunista.
-Sí siempre, pero en aquella época por mi hija me acerqué al trabajo social de la Iglesia Católica. Era una época donde las cosas importantes de la sociedad se discutían allí, como el matrimonio, la pobreza y la política, ¡Sí la política! Parte de la vida de todo ser humano.
-Y quién lo eligió para dar el discurso.
-Como le dije teníamos grandes amigos dentro de la comunidad y la madre Mery que trabajaba en Lo Hermida, donde he vivido siempre, también lo hacía en la Vicaría y me recomendó.
-Pero, su valentía tuvo consecuencias.
-Cuando comencé a hablar sabía que así sería, por eso prácticamente salimos arrancando después de la ceremonia. Un mes después fui secuestrado y golpeado sin piedad por agentes de la CNI (se emociona y su mujer, María Donoso, también.)
-¿Pensó que moriríax?x
-Siempre, mientras me trasladaban a un sector Del Salto en Recoleta sólo pensaba como lo harían. Me salvé porque me hice el muerto. Ese día llovía y en el suelo me pateaban. De pronto no me moví más, el tipo que más hablaba me pisó los dedos con fuerza para ver si gritaba. Lo escuché decir...ya cagó".
-Dicen que el Papa quedó consternado con lo que le pasó
-Mmm, no sé. Dijeron que la Iglesia haría un reclamo formal, pero la única noticia que tuve la leí en la prensa y guardé el recorte. Yo no creo.
LOS 80 TRAJERON TODO DE VUELTA
Mario confiesa que no tenía idea que aparecería anoche en el capítulo de Los 80 y que se les apretó el corazón cuando revivieron esos minutos, quizás los más importantes de su vida.
Eso sí lo más doloroso, asegura, es que le recordó que alguna vez fue "flaquito y lindo", agrega muerto de la risa.
Su compañera de la vida dice que apenas salió su imagen el menor de sus niños, que ya tiene 30 años, los llamó para puro llorar y para recordarles cuánto los ama y la profunda admiración que tiene por él.
El poblador relata que a partir de ese día se hizo importante para mucha gente, menos para la Iglesia que, según alega, después de aquel episodio lo dejó de lado. Eso sí aclara que conservó amigos sacerdotes y monjas durante muchos años.
"Hoy queda el recuerdo y una que otra visita de cuarentones que me van a ver a mi puesto de la feria, donde vendo repuestos para bicis. Llevan a sus adolescentes y pequeños para contarles que yo alguna vez me atreví a contarle al mundo lo que pasaba en Chile".